Las bandas sonoras son uno de los elementos principales de una película, pero también son importantes fuera de ella.
¿Sabías que en la actualidad las bandas sonoras originales representan gran parte de los ingresos de discográficas que las distribuyen? Los cinéfilos y los amantes de la música en general, queremos escuchar música de películas, de series, de videojuegos, en nuestro día a día.
Las bandas sonoras son un género en sí mismo. Toda plataforma de streaming musical que se precie las coloca al nivel del rock, el pop o la música electrónica. Hay muchos motivos para ello, pero sobre todo es porque nos encanta escucharlas, por todo lo que nos ofrecen.
Bandas sonoras que recuerdan a la película
El consumo de bandas sonoras se incrementa tras ver una película que ha gustado al espectador. Las canciones, tanto instrumentales como oficiales, evocan escenas y momentos de esa película que ha ofrecido una grata experiencia.
Ya sea por recordar toda la película en global o bien esa escena dramática, emocionante, romántica o plagada de acción, queremos escuchar las canciones que nos han acompañado ante la gran pantalla.
Nos ayudan a recordar la historia, a saborear mejor el argumento y la tensión narrativa, nos permiten seguir disfrutando de la película incluso después de que las letras de créditos hayan terminado de pasar ante nuestros ojos.
El impulso que necesita tu estado de animo
¿A quién no emociona escuchar la banda sonora de Gladiator? Es considerada con diferencia una de las mejores (si no la mejor) de toda la historia. Hans Zimmer y Lisa Gerrard nos ofrecieron en el 2000 una composición brillante, que a cualquiera que haya visto la película, enseguida le transporte a la arena del coliseo o a los campos de trigo, en los que el protagonista confía reencontrarse con su familia.
Pero más allá de la película en sí, la banda sonora consigue impulsar nuestro estado de ánimo. Ya sea para coger fuerza, para afrontar un momento difícil o para abrazar el esplendor de la vida, esta banda sonora siempre transmite energía auditiva que nos llega al alma. Por eso, para mucha gente es insuperable.
Gladiator, Amelie, Pulp Fiction, Braveheart, Requiem por un sueño, Forrest Gump, El señor de los anillos… La lista de bandas sonoras épicas que ayudan a nuestro estado de ánimo podría continuar de forma casi infinita.
De hecho, mucha gente conoce antes la banda sonora que la propia película. Incluso puede que ni la haya visto, aún cuando se sabe las canciones que la componen de memoria.
¿A cuánta gente has visto entrenar con bandas sonoras? ¿O prepararse antes de una cita o una fiesta con esa música? ¿Cuántas veces te han acompañado sus canciones en un viaje a otra ciudad o puede que país? Esa emoción que sientes, se intensifica gracias a las composiciones que los mayores profesionales del sector son capaces de ofrecernos.
Las bandas sonoras como ayuda
Las bandas sonoras emocionan, acompañan y evocan recuerdos de películas, pero también nos pueden servir de gran ayuda.
La musicoterapia es una estrategia terapéutica extendida en todo el mundo. Sirve tanto para tranquilizar, relajar o meditar, como también para estimular las corrientes nerviosas que abrazan neuronalmente a nuestro cerebro.
De hecho, la música que se compone en referencia a una película no solo nos ayuda a recordar cosas de esa producción, sino también recuerdos personales. Por ese motivo, es utilizada para estimular a la persona a recordar hechos de su pasado.
Además, las bancas sonoras también son de gran utilidad para aumentar nuestra concentración, por ese motivo están tan presentes para muchos estudiantes e incluso profesionales.
Si estáis trabajando con más gente y normalmente ponéis la radio, probar un día a poner una banda sonora épica, ya sea Gladiator o la que os guste más. Comprobaréis que la productividad de todo el equipo de profesionales se incrementará notablemente.
Lo mismo sucede con el estudio. Si te gusta estudiar con música, las bandas sonoras te ofrecen la base perfecta con la que mejorar tu memorización de datos y la concentración, ante un temario demasiado complicado.
Como puedes comprobar, las bandas sonoras sirven mucho más que para recordar tu película favorita. Aunque, lógicamente, también puedes aprovecharlas para evocar las escenas que te maravillaron en tu butaca de cine o puede que en tu propia casa.
Lo importante es que las bandas sonoras no se limiten a la película. Que te acompañen en tu día a día. Que sirvan sus composiciones, para conseguir la emoción, la tensión y la energía que quieres sentir en tu vida, en la historia que construyes, como principal protagonista.