Os traemos la crítica de John Wick 3: Parabellum, gracias a que Amazon Prime Video la ha incluido en su oferta de streaming. En Estrenos Cinema no hemos querido esperar más a ver esta tercera parte de la sorprendente saga que protagoniza Keanu Reeves y que ya ha confirmado su cuarta entrega.
John Wick: Si vis pacem, para bellum
John Wick 3 transcurre inmediatamente después de John Wick 2, cuando Winston (Ian McShane) da una hora de tiempo a John (Keanu Reeves) para huir de los asesinos de La Mesa. Hay un precio por su cabeza, 14 millones de dólares, que los cobrará quien logre acabar con él.
La premisa de acción cumple las expectativas desde el primer minuto, con John buscando un escondrijo que le dé más tiempo a resistir las hordas de asesinos, mientras urde un plan con el que volver a ser un miembro aceptado.
Para empezar, debo decir que el argumento no es precisamente el gran valor de la saga de John Wick. Por ese motivo, sorprende bastante que Derek Kolstad, Shay Hatten, Chris Collins y Marc Abrams hayan querido profundizar en la organización de la Mesa, sus reglas, sus tradiciones y sus protocolos.
Incluso se plantea la organización a nivel internacional, con alianzas, rencillas y organigrama, hasta el mismísimo mandamás de toda esta institución criminal. Parece que se ha querido extender la idea original de Derek Kolstad, para dotar de un universo propio a John Wick como franquicia.
En mi opinión lo había conseguido desde la segunda entrega, pero aquí refuerza ese sentimiento de institución organizada. Sin embargo, esto también hace mella en la credibilidad de las decisiones de los personajes, principalmente del protagonista, al que todos queremos ver con una rebeldía que tarda en aparecer en pantalla.
Es cuando oímos el nombre de la película (Si vis pacem, para bellum – Si quieres paz, prepárate para la guerra) cuando resurge el original Wick, el que todos conocemos y admiramos en pantalla.
La excelente coreografía de John Wick 3
John Wick 3: Parabellum tiene un elemento que supera a sus antecesoras y es que los rivales son más difíciles para el protagonista. Tenemos auténticos shinobis, asesinos a su mismo nivel e incluso soldados con armadura antibalas hasta en el casco, que caen por el impacto, pero se vuelven a levantar. Como zombies imbatibles que, además, están armados hasta los dientes.
Como en toda entrega de John Wick, esta tercera parte destaca en sus diferentes coreografías sincronizadas entre tiroteos, artes marciales, golpes bajos y mucho realismo gráfico.
Proveniente de la tradición indonesia, Chad Stahelski rueda en esta tercera parte longevas peleas entre los asesinos y John Wick, en las que se homenajea a las auténticas artes marciales.
Esto deja pie a escenas memorables, como el lanzamiento de cuchillos en la armería, el asalto al Hotel Continental o la pelea en la sala de los espejos.
Para mejorar la acción, tres intérpretes de auténtico lujo. Yayan Ruhian y CeCep Arif Rahman, conocidos por sus escenas de lucha en La redada y La redada 2, se lucen aquí en un combate a dúo contra John Wick.
También me ha gustado mucho Mark Dacascos, como un cabecilla de los shinobi, devoto del mismísimo Wick, pero fiel a las tradiciones de enfrentamientos y, sobre todo, completamente leal a la Mesa.
Entre la extensa coreografía que podremos disfrutar en John Wick 3: Parabellum, no puedo dejar de hablar de la también larguísima escena de Reeves con Halle Berry contra infinitos enemigos en Casablanca, acompañados de dos pastores alemanes súper entrenados, para escenas de acción inolvidables.
Un mundo hecho para John Wick
Keanu Reeves se ve muy cómodo en el papel. Sin demasiada evolución respecto a las anteriores entregas, el actor con nacionalidad canadiense y estadounidense, tiene contadísimas sus frases, pese a ocupar el 90% de las escenas en pantalla.
Por tanto, aquí Reeves se luce en su dominio de la acción, para consolidar su insustituible representación del famoso asesino a sueldo.
Del resto del elenco, vale la pena destacar un Ian McShane mucho más aprovechado, Laurence Fishburne precisamente por lo contrario y una sorprendente actuación de Asia Kate Dillon como la figura malvada del conjunto.
No puedo dejar de mencionar a Lance Reddick y Anjelica Huston, que para mí cada vez que aparecen delante de la cámara, consiguen robar el plano a cualquier otro intérprete.
Pero además de los protagonistas, la ciudad de Nueva York también se erige como parte activa de la trama.
John Wick 3: Parabellum transcurre también en Casablanca, de hecho durante buena parte del film. Pero yo creo que con la Gran Manzana habrían tenido más que suficiente para un universo amplio de asesinos y mercenarios.
Espectacularidad gráfica a ritmo de acción
John Wick 3: Parabellum cuenta con una paleta de colores que combina a la perfección la oscuridad, con luces de neón rosa y azul. Remarca con ello el carácter alternativo de este universo de asesinos, respecto a la transparencia de la realidad que nos rodea.
Llama la atención el desierto de Casablanca, pero son escenas contadas, que pronto se superponen con acción nocturna. De hecho, la noche cubre casi la totalidad del metraje de toda la película.
Le acompaña por supuesto la banda sonora. Tyler Bates consigue esta vez una composición más emotiva, pero no nos engañemos. La batería y la guitarra incentivan la acción en nuestro cuerpo, al ritmo de golpes, disparos e impactos que vemos continuamente en pantalla.
John Wick 3: Parabellum es la mejor película de acción de 2019
La conclusión yo la tengo muy clara. John Wick 3: Parabellum no tiene rival en el género de acción, si hablamos de forma purista. La película es un no parar. Chad Stahelski se supera en el ritmo de coreografías y, a pesar del intento por profundizar en una historia compleja, el film no se despega de su espíritu original.
John Wick 3: Parabellum es disparos, golpes, caídas, peleas larguísimas, protocolos extraños y todo ello de una forma acelerada, desde la primera escena hasta que llegan los créditos. En todo el año no he visto ninguna película que ofrezca algo equivalente.
Es más, la saga John Wick demuestra, una vez más, que no tiene comparación.
