En 1995 mis padres me llevaron a ver Pulp Fiction. Quentin Tarantino había sorprendido con Reservoir Dogs y todavía pensando que su estilo de thriller violento fue excepcional, le dieron creatividad creativa.
El resultado fue mi película favorita, una de las consideradas mejor de la historia y ejemplo oficial por diversas técnicas (que no viene ahora a cuento ir detallando) en universidades y escuelas de cine de todo el mundo.
Casi 25 años después, Quentin Tarantino estrena la que ya es su novena película. Todo el mundo conoce ya su violencia narrativa, verbal, visual e idealista. Mi padre me invita al cine. «Una más de Tarantino» pensaba, aunque con algo detrás de cada escena de los tráilers que me hacían pensar que algo se guardaba en la manga este loco realizador. No me falló mi instinto, Tarantino para mi gusto se superó. ¿Su mejor película? Posiblemente.
Cómo ver Érase una vez en Hollywood…
No vas a poder disfrutar de Érase una vez en Hollywood… de un solo visionado. Es absolutamente imposible y, además, estropearía la experiencia.
Mi consejo es que la veas sin más. Disfruta de cada fotograma y deja que su narración fluida y sinuosa te lleve desde el primer plano hasta el último.
Ahora bien, luego (o durante si te ves con ganas de esforzarte) puedes ir desengranando los infinitos detalles.
En primer lugar, la película se ubica cronológicamente en el año 1969 y geográficamente en Hollywood (Los Ángeles, Estados Unidos).
Por tanto, lo primero es ver cómo Tarantino ha conseguido retratar esa época. Lo hace a la perfección en TODO. Coches, vestuario, música, cine (mucho cine), actitudes, opiniones, jerga verbal, costumbres, drogas de la época, formas de ver el sexo, roles sociales, roles sexuales, roles cinematográficos.
Por otro lado, si eres amante del cine clásico ¡atención! Las referencias cinematográficas se deberían intentar localizar por cada fotograma, con una enciclopedia de séptimo arte al lado.
Directores, actores y actrices, series de televisión, películas clásicas, ubicaciones de salas de cine, festivales… Las referencias son tan innumerables, que estoy seguro de que Quentin Tarantino ofrece una auténtica carta de amor a su querido cine, en la máxima magnitud que la palabra puede abarcar.
Ahora escoge la banda sonora. Me refiero a la música que suena como base de acción narrativa en un film. No tiene.
Verás en tiendas de música y cine el CD de Érase una vez en Hollywood…, lo podrás escuchar y comprar mediante streaming y online. Pero durante la película está completamente integrada. Solo se escucha música cuando sale de un aparato reproductor. Cuando alguien enciende una radio de coche, cuando alguien pone un disco o cuando un grupo toca en directo. Desde ese primer plano realista, se busca una metanarración hacia el exterior, que hace que la música se apodere de la acción que toma lugar. Ya tienes banda sonora. Magistral.
De qué va Érase una vez en Hollywood…
Según la trama de Érase una vez en Hollywood…, todo se centra en Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt). El primero es un actor de cine venido a menos, que está derivando sus trabajos cada vez más hacia la televisión emergente y considerada de menor nivel. El segundo es doble del primero que cada vez es más asistente personal y menos protagonista en escenas de riesgo.
Pero todos sabemos (o creemos saber) de qué va Érase una vez en Hollywood….. Vamos a ver:
Érase una vez en Hollywood… se ubica cronológicamente meses antes del asesinato perpetrado contra la actriz Sharon Tate, durante una noche acompañada de sus amigos, mientras su marido Roman Polanski se encontraba fuera del país.
Érase una vez en Hollywood… se ubica geográficamente en teoría justo en la casa de al lado de Sharon Tate y, de hecho, está interpretada por Margott Robbie con un peso importante desde los primeros planos del film.
Érase una vez en Hollywood… ha negado Quentin Tarantino que sea sobre los asesinatos de la Familia Manson en esa época y en esa casa. Pero todo transcurre en esa época y al lado de esa casa, incluso esa misma casa también es protagonista en ocasiones.
Pero es que además, Érase una vez en Hollywood… consigue entrelazar distintas tramas, como solo Quentin Tarantino sabe hacer de forma lógica y, efectivamente, una de ellas es sobre la Familia Manson.
¡Sin embargo, Érase una vez en Hollywood… no va sobre los asesinatos! Es cierto y no revelamos más porque sea una sorpresa para todo el mundo. Pero solo diremos que Érase una vez en Hollywood… hace honor a su nombre.
Es aquí donde Tarantino sorprende. El maestro de los asesinatos, de la violencia, la sangre y los insultos, nos ofrece un film que combina clasicismo, romance, comedia y thriller, sin mostrar ni una gota de sangre hasta que no te has olvidado de que estás en una peli de Tarantino. Ahora bien, no saldrás con decepción alguna. Es una peli de Tarantino, vaya si lo es. Porque solo Tarantino es capaz de dejar que un protagonista guarde un lanzallamas en su casa, porque solo Tarantino es capaz de acongojar al espectador con solo un puñado de niños reunidos en plan secta y porque las distintas creaciones de ficción son, en su mayoría, violentas.
La metanarración de Érase una vez en Hollywood…
Podría decirte que cada detalle de Érase una vez en Hollywood… obliga a un visionado tras otro de la película. Que sale Bruce Lee representado como nunca. Que Brad Pitt y Leonardo DiCaprio son excelentes en pantalla (como todos ya sabíamos). Que cada diálogo de la película es digna de un manual de guión cinematográfico. Pero en lugar de eso, que además lo han repetido ya hasta la saciedad anteriores críticos, yo prefiero hablaros de la metanarración.
Veréis, la metanarración consiste en la unión de varias narraciones dentro de una misma obra. Por ejemplo, si hay un narrador de voz en off y una trama, tenemos metanarración. Pero Tarantino aplica la multimetanarración. Sí, es una palabra inventada.
La metanarrativa clásica la traslada a los propios protagonistas. Me explico. Al Pacino haciendo de director italiano de renombre, intenta convencer a DiCaprio de que vaya con él a Italia a hacer spaguetti western. Recuerda con él una película de nazis en la que el protagonista intenta acabar con ellos en una operación de infiltración. La cámara nos traslada, con fugaces ráfagas, hacia las escenas de la película ficticia que ellos recuerdan dentro de la trama. Poco a poco, la película cobra peso dentro del diálogo que sigue en off, hasta que a los pocos minutos ¡estás viendo una película sobre nazis! Y lo más sorprendente de todo ¡¡quieres saber cómo termina la acción!!
Tarantino se supera a sí mismo cuando repite esta metanarrativa multidisciplinar (realmente no sé cómo llamarla, cierto) y consigue siempre el mismo efecto. Puede ser una serie de televisión con una persecución de coche, un piloto desechado sobre 12 del patíbulo, la grabación en directo de una escena de un film de western, escenas de una película que es un éxito cinematográfico y estamos, junto con el resto del público que aparece en la película, viéndola en una sala de cine.
Una auténtica experiencia.
Los actores que honran a sus personajes
Terminamos la crítica de Érase una vez en Hollywood… hablando por encima de los actores, porque obviamente todos lo hacen perfectamente.
En primer lugar nos centramos en Margott Robbie. La actriz consigue representar a Sharon Tate por primera vez de forma original. No la vemos como la pobre víctima de un asesinato, sino que podemos conocerla mejor, su personalidad, sus gustos, sus inquietudes, sus sueños. A cómo fue Sharon Tate no como víctima, sino como actriz, mujer embarazada, esposa, amiga y vecina.
De Leonardo DiCaprio nos encanta su camaleónico esfuerzo para adaptarse no solo al papel de Rick como protagonista, sino también en cada uno de los papeles. A través de él conoceremos la visión de Tarantino del negocio del cine y lo duro que realmente es este trabajo, tanto delante de la cámara como fuera de su encuadre.
Brad Pitt es simplemente magistral. Ofrece el personaje mejor trabajado de todos, con mayor profundidad personal de la que aparenta en un primer impacto. Lo cierto es que es quien mejor puede lucirse en toda la película a nivel de acción fuera de los sets de rodaje.
Y luego tenemos una considerablemente amplia lista de secundarios, muchos de ellos actores famosos como Luke Perry en uno de sus últimos papeles, Kurt Russell, el mencionado Al Pacino, Nicholas Hammon, Zoë Bell, Michael Madsen… y, por supuesto, Brandy.
Brandy dejarme que os diga que ha sido premiada con la Palm Dog como mejor intérprete canino, galardón ofrecido en el Festival de Cannes que merece sin lugar a dudas este Pitbull hembra, fiel compañera del personaje de Cliff y una de las protagonistas más decisiva en el último acto del film.
Por esta perra, por la impresionante cantidad de cigarrillos que se fuman en la película, por la imponente maquinaria clásica de cinematografía trasladada a los sets de rodaje ficticios dentro del set de rodaje real, por el significado del título de la película, por los mejores diálogos de Tarantino, por cada uno de los actores y actrices que tienen aunque sea un maldito segundo dentro del encuadre de la cámara… Por todo ello y mucho más, Érase una vez en Hollywood… es, posiblemente, la mejor película de Quentin Tarantino.