Es la primera vez que tenemos la oportunidad de acercarnos a una obra de Empar Fernández y previamente, como es propio de todo lector crítico, ya habíamos sido advertidos en anteriores reseñas de sus obras que la autora es implacable. Hemos abordado La última llamada y constatado, de la forma más directa posible, que esta apreciación se le queda corta.
Cuando hablamos de lo implacable que es Empar Fernández nos referimos al trato con sus personajes. No es una tortura física o locura psicológica como el también maestro del thriller John Katzenbach aplica en los suyos, más bien la autora consigue infligir dolor mediante la pena y la tristeza.
Precisamente estos son los dos principales enemigos de La última llamada, que se ciernen sobre dos personajes principales. Julio Monteagudo es un repartidor de pan en fase inicial de alcoholismo, que no consigue desprenderse del gran vacío que siente desde que hace 3 años desapareciera su hija pequeña sin dejar rastro. Su mujer Marisa sobrevive a base de fármacos por lo que es su hija mayor, Yolanda, quien acapara el protagonismo restante de la trama.
En escena entra la médium Samantha Damon, que se convierte en la última baza de Julio para encontrar a su hija, viva o muerta. Yolanda no cree ni una palabra de la mujer y comienza un trabajo de investigación para desacreditarla de cara a los medios de comunicación y, personalmente, de cara a su padre.
La autora se centra en describir la psique de estos personajes y sus sentimientos, tristes y afligidos en el caso de Julio, esperanzados en el caso de Yolanda. La narrativa es directa, lo que nos encanta en los thrillers, pero llega a ser extremista. Empar Fernández no es amante de la descripción detallista, ofrece al autor lo justo y necesario para que se centre en recrear cada escena, cada personaje, un recurso ciertamente útil para no enfatizar en la tristeza que adolece sobre todo al personaje de Julio.
En la edición que Versátil Ediciones saca a la venta, la historia de La última llamada transcurre en 273 páginas. Cuando se terminan uno comprende las muchas situaciones presentadas por la autora y la rapidez con la que es capaz de moverse entre ellas. ¿Habría valido la pena una mayor lentitud descriptiva?, ¿un retrato más exacto de cada momento, cada estancia, cada arruga de dolor? Probablemente en ese caso la reseña cambiaría mucho de tono, Empar Fernández cuenta mucho en poco tiempo y, siempre, de forma entretenida, ágil y creíble. Algo atropellados se presentan los diálogos, con lo que es posible conocer el nerviosismo de cada personaje, pero demasiado parejos entre sí. Lo que más nos ha llamado la atención es la poca proximidad que permite respecto a Julio Monteagudo. Incluso en los pensamientos de su hija mayor es presentado con ese nombre y ese apellido. Llamarlo “papá” habría sido un acercamiento que quizás no explicara con suficiente rotundidad la determinación de la joven por salir de esa casa llena de dolor y sin vida, pero a pesar de ello le resta credibilidad a una narración que, por descontado, rebosa veracidad en las reacciones de sus personajes.
Centrándonos en el género como tal, para nosotros ya sabéis que es el thriller lo que más nos gusta, la investigación, los callejones sin salida, las personalidades ambiguas, de todo ello encontramos pizcas entre las páginas de La última llamada. La visita al prostíbulo donde Julio cree que tienen retenida a su hija es intensa, igual que la infiltración de Yolanda en el espectáculo televisivo de Samantha Damon o el ejercicio narrativo del pasado de este mismo personaje en lejanas tierras inglesas. Pero siempre está envuelto en un aura de tristeza y aflicción. La autora es experta en dejar huella por reflejar el estado de ánimo de sus personajes, como consecuencia de un hecho terrible. Llega aquí a su más alto nivel.
La lectura rápida de La última llamada debe advertirse para los lectores que quieran dedicarle un rato cada fin de semana, pues les durará apenas 3-4 sesiones de una inmersión cada vez más irresistible. Pero cuando compren el ejemplar deben saber que no están ante una literatura facilona, ante una historia del universo literario happy. La última llamada es una novela dura, con sus personajes y en su corazón, algo que los puristas del thriller amarán sin complejos.
Versátil Ediciones edita estas 273 páginas de intenso thriller dramático, dentro de su línea Off Versátil y puede adquirirse por un precio aproximado de 17€. Agradecemos a la editorial facilitarnos el ejemplar para su reseña.