En esta ocasión, Monzón nos presenta El Niño, un pequeño chaval amigo del Compi con quien quiere iniciarse en el narcotráfico. Paralelamente (aunque seguro que se entrecruzan las historias), la policía intenta demostrar que la conocida ruta de tráfico de hachís ha subido de nivel y es actualmente una de las rutas de cocaína más importante del continente.
Estrecho de Gibraltar, la frontera sur de Europa; apenas dieciséis kilómetros separan África del Viejo Continente. Riesgo, adrenalina y dinero al alcance de cualquiera capaz de atravesar esa distancia en una lancha cargada de hachís volando sobre las olas y con la policía pisándote los talones. El Niño y el Compi quieren iniciarse en el mundo del narcotráfico, lo que para ellos es casi un juego.
Jesús y Eva, agentes de Policía, llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es ahora uno de los principales coladeros de la cocaína en Europa. Su objetivo es El Inglés, el hombre que mueve los hilos desde Gibraltar, su base de operaciones. La violencia creciente de las advertencias que reciben les indica que sus pasos van por buen camino…
Los destinos de estos personajes a ambos lados de la ley terminan por cruzarse para descubrir que el enfrentamiento de sus respectivos mundos era más peligroso, complejo y moralmente ambiguo de lo que hubieran imaginado.