Cine asiático y Takashi Miike vienen prácticamente de la mano, pues el director es uno de los más rentables a la hora de realizar producciones en serie. Los Protectores es uno de estos ejemplos en los que el director demuestra capacidad para hacer películas como churros, pero hay que ir con cuidado, porque esconde más de lo que parece.
En Los Protectores, se nos plantea un debate moral de altura. Kunihide Kiyomaru es un asesino de niñas, que es capturado tras matar a golpes a una pequeña de 7 años. El abuelo de la víctima, un ciudadano multimillonario, ofrece a cualquier persona de Japón mil millones de yenes por matar a este delincuente.
Unos agentes seleccionados de la policía tendrán que trasladarlo, enfrentándose así a todos los ciudadanos que se sumen a esta competición, a sus propios compañeros del cuerpo que consideran que el delincuente merece morir y, es más, a sus propios debates internos en los que se preguntan si vale la pena custodiar a un ser tan terrible o si, ya que va a ser condenado a muerte, es preferible aprovechar la situación.
Por si fuera poco, la actitud del sociópata no ayuda precisamente a cogerle estima. Es irritante, se mofa de quienes le están ayudando y hace todo lo posible por seguir matando. Es entonces cuando Mike nos plantea, ¿qué haríamos nosotros?
Al ver las violentas escenas de sus actos, las declaraciones de los protagonistas y las reacciones de toda clase de ciudadanos, el espectador no puede sino preguntarse qué haría en el papel de los policías. Y, desde luego, el director no lo pone nada fácil para responder, pues conforme se acerca el final de la película, Kiyomaru se merece cada vez más que le suceda cualquier cosa.
Buena actuación de Takao Osawa y Tatsuya Fujiwara, este último conocido por su antológico papel en Battle Royale (2000). Por si fuera poco el conjunto está acompañado de grandes efectos especiales, que sorprenden con accidentes brutales que impedirán el traslado corriente del prisionero, ya sea en autobús, en coche o en tren. Toda una obra de acción y thriller en la que el drama moral será una cuestión que nos acompañará hasta el último fotograma.
Si estás interesado en adquirirla para tu dvdteca personal, Selecta Vision pone hoy a la venta una edición en DVD en japonés original con subtítulos en castellano.
