Keanu Reeves debuta en la dirección con El Poder del Tai Chi, una película de artes marciales ubicada en la China actual. A nosotros nos gusta el cine asiático, el cine de peleas y, al contrario que a muchos críticos, el talento de Keanu Reeves en la interpretación. Por esta razón nos sorprendemos gratamente al disfrutar de la película, siendo ésta la primera dirigida por el famoso actor.
La exigencia a un director novel es mínima por respeto a su futura trayectoria en la realización. Keanu Reeves, sin embargo, ha sido analizado bajo el prisma del cine de artes marciales cuando The Raid (Redada Asesina) ha conseguido demostrar que hay un nuevo nivel profesional en el género que es preciso alcanzar. Por otra parte, Reeves tiene experiencia con 47 Ronin y The Matrix en lo que se refiere a coreografías de acción cuerpo a cuerpo en estilos de lucha asiáticos. La consecuencia de todo ello ha sido que el actor-director australiano (canadiense) de rostro imperturbable ha sido recibido como un director experto, cuando no es así, aunque ha pasado con nota la prueba.
El Poder del Tai Chi nos muestra la historia de Tigre Chen (Chen Lin‐Hu), uno de los últimos exponentes como discípulo del Tai Chi, que considera que puede aplicarse como arte marcial pese a las férreas costumbres tradicionales. Keanu Reeves es el millonario empresario que se dedica a reclutar a luchadores para enfrentarlos entre sí, no por dinero ni por fama, sino por amor a la lucha y a las artes marciales. Al descubrir en un torneo oficial a Tigre, decide ficharlo para su espectáculo.
La película es más intimista de lo que podríamos creer y esconde más secretos de los que a simple vista parecen mostrarse. La narración no va ligada a un metraje bajo guión estricto, sino que son los combates los que marcan el ritmo de la historia, los que provocan evoluciones en el protagonista y sus allegados. Así vemos una coreografía malísima y muy limitada en el primer combate, en comparación con la aparición de Tigre durante su entrenamiento. A partir de entonces las peleas suben en intensidad y profesionalidad, con un montaje bastante videoclippero y con cierta tradición cinematográfica heredera de los films de Bruce Lee y similares.
Hablamos de planos lejanos sobre escenario, movimientos de cámara abruptos sobre el rostro, primeros planos de manos y piernas en movimiento, es absolutamente imparable el ritmo que Reeves antepone a cada combate.
Son precisamente los enfrentamientos cuerpo a cuerpo lo más reseñable de El Poder del Tai Chi. Las relaciones personales (sentimentales y familiares) apenas aportan lo más mínimo a la historia, son totalmente prescindibles, aunque consiguen diferenciar el título de lo que sería sin ellas un videojuego. Por otro lado, la actuación policial es anecdótica y muy limitada en cuanto a su peso en el film.
En este sentido culpamos a Reeves de querer mostrarnos con efectos especiales un accidente de tráfico que debería haberse obviado, con el consecuente ahorro en la producción y evitando también el ridículo en este aspecto.
Si El Poder del Tai Chi nos ha gustado es por sus combates. Y eso es bueno. La coreografía de todos ellos ya os hemos comentado que es notable, pero también lo es el valor añadido de cada pelea, pues cada una es única. En el combate inicial se le otorga protagonismo a una corbata mortal, está también el luchador de piedra capaz de soportar todos los golpes, el norteamericano tan fanfarrón como letal con sus piernas o el prometedor mercenario, aunque nosotros destacamos sobre todos los combates el 2 vs 1 de Tigre contra dos luchadores en un ring psicodélico. Nos ha recordado muchísimo al también 2 vs 1 de Redada Asesina, pero no es casualidad.
El film homenajea al título indonesio con este recuerdo del combate antológico entre Rama, su hermano y el imbatible villano. Tras este recordatorio, Reeves nos ofrece un simpático cameo con el actor Iko Uwais, protagonista de la citada película. Como todo cameo, con el fin de no ofender a ningún fan (reconocemos que Uwais aquí no pinta nada realmente), la narración se paraliza a los pocos golpes inofensivos entre ambos protagonistas por detalles del guión que no revelaremos.
Sería iluso pensar que El Poder del Tai Chi no terminaría con un combate definitivo entre Tigre y Keanu Reeves. Es la pelea a la que el espectador y, desde luego, un crítico puede exigir más profesionalidad y espectáculo. En estos enfrentamientos finales el Final Boss debe ser insuperable, casi rozando la imbatibilidad, para desesperación del héroe de turno. No nos decepciona en este sentido, aunque en comparación con, por ejemplo, el 2 vs. 1, en esta ocasión se apuesta más por la técnica que por la rapidez y, como era también de esperar, por el poder del Tai Chi en la dominación del chi que Tigre deberá aprender para subir de nivel como luchador.
El Poder del Tai Chi no decepcionará a ningún aficionado del cine asiático ni del género de las artes marciales, pero no se le debe pedir más acción que la mostrada en los escenarios de lucha, porque si no estaríamos ante una versión alternativa a The Raid y Reeves se ha cuidado mucho de no caer en este error. Buen debut del canadiense en la dirección!
Tiene buena pinta. La veré probablemente esta semana. Sólo una rectificación: Keanu Reeves no es australiano, sino canadiense 😉
Hansunamun, si te gusta el género la película te agradará. Oye cierto lo del origen de Keanu Reeves, hace poco escribí sobre un actor australiano y los he mezclado completamente, enseguida lo cambiamos y gracias por el aviso!!
No hay de qué hombre!! 😀
Es una película que tengo pensado ver. Soy consiente que no me puedo esperar mucho a nivel interpretativo. Es una «peli de peleas», básicamente. Parece entretenida, y espero que lo sea. Por cierto, el cartel de la película, con Reeves ahí detrás, me parece horrible. xD
Cierto Bea, no comprendo cómo no trabajaron más los carteles con todo el potencial que tiene la película. Si te gustan de peleas, como he dicho, no te defraudará.