Crítica de Elysium – Ciencia ficción sin salirse del patrón

Nos encontramos en el año 2159. El planeta tierra está devastado por la contaminación y prácticamente inhabitable. Se encuentra gravemente masificado. Un mundo habitado por pobres. ¿Y los ricos? Los ricos, como gente privilegiada que son, se encuentran en un habitad artificial situado en el espacio. Lo llaman Elysium. Allí la gente vive cómoda; con mansiones; sin enfermedades; con seguridad; y sin preocupaciones –a diferencia de cómo se encuentran el resto de personas en la tierra-.

Mientras los ricos viven como reyes en Elysium, en la tierra la gente se busca la vida vigilados de cerca por robots, que son los que hacen cumplir la ley, propiedad de la corporación encargada de construir Elysium. Todo cambiará cuando Max (Matt Damon) sufra un accidente que podría acabar con su vida en tan solo cinco días, y que le obligará a hacerse cargo de una misión para salvar la vida y la del resto de habitantes de la tierra.

Elysium, en general, no trae nada nuevo. No aporta nada fresco al género de la ciencia-ficción. El argumento es bastante simple, pero se puede entrever una crítica a la sociedad. Nos muestra que, pase lo que pase en un futuro, los ricos siempre tendrán ventaja; siempre vivirán mejor. Llama la atención como se trata la inmigración en esta sociedad distópica. Los inmigrantes siguen siendo considerados como unos “sin papeles”. En este caso, la intención del inmigrante no es trasladarse a otro país, sino al nuevo habitad poblado por los ricos. Pero estos tienen a una “gobernante de hierro”, Rhodes (Jodie Foster), esperándoles en Elysium, que no dudará en acabar, literalmente, con toda nave “ilegal” que se acerque a la atmósfera de Elysium.

El argumento es bastante previsible. Se podrían haber explotado más ciertos aspectos. Se ha querido contar la historia demasiado rápido, sin pararse en ningún momento para profundizar en la sociedad: la población terrestre y la de Elysium apenas tienen vela en este entierro. No se les toma en cuenta, están prácticamente de relleno.

El director ha creado escenas algo forzadas para hacer que los distintos problemas a los que se enfrentan “los buenos”, se vayan solucionando por medio de casualidades o heroicidades bastante poco creíbles.

Para los que se esperan una película de acción quizás se encuentren algo insatisfechos, ya que esta se concentra, sobre todo, en la recta final –aparte de algún que otro momento a lo largo del largometraje, pero en pequeñas dosis-.

Las actuaciones, en general, se pueden catalogar de sobrias. Se nota que Matt Damon se encuentra cómodo en este tipo de papeles. El papel de Jodie Foster –de la que, quizás, se puede esperar algo más-, no se sale de lo normal.

Para finalizar, destacaría dos puntos:

• Los efectos visuales: están bastante logrados, aunque en los tiempos que corren se puede ver que la mayoría de películas actuales, del género, tienen bastante buena calidad visual. De todas formas es bastante agradable ver una película con esta calidad de imagen. Se nota que al director (Neill Blomkamp) se le da bien traernos películas tan agradables visualmente, como lo hizo con Distrito 9.
• La banda sonora: que ha ayudado bastante a mejorar el largometraje. El sonido me ha parecido bueno, sin llegar al excelente La película fue nominada a los Satellite Awards (para la categoría de mejor sonido) de 2013.

Para todo aquel que busque una película algo entretenida y con unos buenos efectos visuales, puede ser una buena opción. Podría haber dado más de lo que ofrece, ya que la idea no era del todo mala.