La pobre Moni tiene que estar siempre pendiente de lo que haga su hermana Nana, aunque tampoco se queja mucho porque estar con Nana es muy divertido. Solo con su imaginación puede convertir el salón en una gruta llena de estalactitas, en un bosque cubierto de musgo o en un castillo lleno de eco. En este primer libro de la serie sobre esta niña extraordinaria, descubriremos por qué Nana se cambió de nombre (antes se llamaba Sofía), qué supone tener una memoria prodigiosa en los juegos de la familia y muchas cosas más.
Avance editorial: Leer primeras páginas de Nana y yo
Nana y yo
Autora: Jenny Valentine
Traducción: Rocío De Isasa
Fecha de lanzamiento: 17 de Enero de 2014
Idioma original: Inglés
Nº de páginas: 160
Formato: 13×19,5
Encuadernación: Rústica
Editorial: Maeva
¡Diez motivos para leer Nana y yo!
Más allá de ser una historia divertida y muy entretenida para que los pequeños de la casa se vayan aficionando a la lectura, Nana y yo tiene un montón de razones para convertirse en la lectura preferida de los más pequeño. ¿Las repasamos?
- Está escrito por una autora excepcional. Jenny Valentine se dio a conocer con su novela juvenil Busco a Violet Park, escrita en 2007, que resultó ganadora del premio de The Guardian y ha sido traducida a varios idiomas.
- Por el número de líneas de páginas, las ilustraciones y el lenguaje, es ideal para lectores primerizos.
- Tiene ocho capítulos cortos, que funcionan como historias independientes. Así que los niños en pocas páginas podrán conocer la aventura completa, algo que cuando se empieza a leer es de agradecer ya que el libro recompensa al lector rápidamente.
- Es un libro perfecto para leer en la cama.
- Tiene un gran sentido del humor.
- Las divertidas aventuras de Nana y Moni engancharán a los lectores desde el principio.
- El libro refleja situaciones cotidianas con las que los pequeños se sentirán identificados.
- Son historias perfectas para hermanas o hermanos.
- Mediante acciones del día a día inculca en los niños el respeto y los buenos modales.
- Ayuda a desarrollar la imaginación.
