La saga Fast & Furious cobró una revitalización como pocas antes lo han conseguido, desde que en la cuarta entrega se decidiera recuperar a todos los protagonistas originales para iniciar una trama que termina, supuestamente, en la sexta parte. Aunque sabemos que ya hay pactada una nueva entrega en camino, lo cierto es que la película que nos incumbe en este artículo es todo un exponente del cine de acción con vehículos.
La trama continúa exactamente donde terminó la entrega anterior, con una fotografía de Lety que demuestra que sigue viva y todo el grupo de corredores disfrutando de su millonario botín de 100 millones de dólares, aunque sufriendo un destierro autoinflingido dado están en busca y captura en territorio estadounidense.
Cuando Hobbs pide ayuda al equipo, nadie duda en participar con el fin de que la familia vuelva a estar unida de nuevo. El problema es que a rivales muy rápidos en carretera se les une sus habilidades de combate, sus unidades militares y armas de fuego realmente devastadoras. Es un nuevo nivel.
Justin Lin dirige con mucho acierto esta Fast & Furious 6, en la que hay que dar cancha a todos los protagonistas, destacando Dwayne Jones, Vin Diesel y Paul Walker, que son los que más escenas de acción protagonizan, así como los principales ejes de la trama central.
El film es redondo en todo lo que tiene que ofrecer. El exotismo femenino es reducido a apenas una escena de fiesta tunning con carrera incluida, además de un inicio con Elsa Pataky acostada con Vin Diesel que sugiere más que muestra.
Los diálogos, parte más floja en la mayoría de films de acción, tampoco es que sea sobresaliente. Frases predecibles, demasiado sentenciosas y carentes de personalidad son las que van empujando las escenas de acción una tras otra. Casi es más recomendable prestar atención a los diálogos en plena batalla de carretera, que cuando están juntos.
La comedia está presente con suaves matices desde el principio, pero va desapareciendo gradualmente hasta convertirse en un film de acción seria y con mucho espectáculo.
No obstante, me ha sorprendido la crítica de muchos medios. Quien vaya a ver Fast & Furious 6 sin predecir todo un espectáculo circense de coches y otros vehículos (tanques incluidos) volando por los aires, adelantando en maniobras imposibles o dando trompos, vueltas de campana y escupiendo óxido nitroso… entonces realmente está en un grave error.
Si algo tiene Fast & Furious 6 son coches. De todo tipo, deportivos actuales, de importación europea, muscle car americanos, berlinas de lujo y todo ello sin olvidar el mencionado tanque y una escena de avión tan increíble como grandiosa.
Las carreras y persecuciones están grabadas de forma magistral, todo y que tuvieron que cortar calles de Londres y destrozar un autopista de las Islas Canarias, pero realmente valió la pena.
Tampoco son flojas las escenas de lucha entre los protagonistas. Tanto hombres como mujeres protagonizan unas peleas increíbles y de variado género, desde pressing catch hasta luchas callejeras, pasando por llaves imposibles, artes marciales y algún que otro escarceo con armas de fuego.
El argumento general casa bastante bien con la acción. Es lógico e incluye algún que otro giro narrativo inesperado que enriquece la historia final. En definitiva, un nuevo capítulo de la saga más que correcto a nivel de guión, flojo en diálogos, pero que no defraudará a ningún amante de la acción ni de los coches.
Valoración: 9,5/10
Lo mejor: Los coches, sin duda, así como todo lo relacionado (carreras, persecuciones, choques, accidentes, adelantamientos, óxido nitroso…)
Lo peor: Los diálogos son malísimos y la comedia en ocasiones forzada.