Iron Man 3 llegó a los cines como la última película de una excelente trilogía que había revitalizado la industria del cine de superhéroes, con un renacido Robert Downey Jr. que nunca más se pondría en el papel del Hombre de Hierro.
Hoy en día el actor ha confirmado su continuidad con la saga tras un acuerdo no hecho público por el que se ha convertido (o mejor dicho se ha constatado, pues ya lo era) en el actor mejor pagado del mundo.
Obviamente, el sueldo va en función de los resultados y en Iron Man 3 no esperaremos ver una gran película filosófica de escenas dramáticas al más alto nivel. Lo que vamos a ver es un film de superhéroes y exigimos una historia original, muy visual y tremendamente entretenida. Iron Man 3 lo consigue.
Con una relación total a la película Los Vengadores, Tony se muestra como un personaje abatido y enfermo de ansiedad, que pasa las noches en vela inventando toda clase de funcionalidades para sus trajes.
A nivel internacional, un extraño terrorista de nombre El Mandarín está asolando el mundo con bombas que nadie consigue interceptar.
En lo que respecta a su relación con Peeper, la tensión se palpa en el aire y la crisis está a punto de hacer acto de presencia, justo cuando encima aparece en escena un antiguo rival científico de Tony, con grandes avances y un buen porte.
Para los fans de superhéroes, lo que realmente importa (dado que lo anterior son meras excusas argumentales) es el nivel al que está el superhéroe y el supervillano.
Como Iron Man, se nos presentará a un superhéroe debilitado, cuyos nuevos inventos pese a salvar las vidas de algunas personas, no consiguen estar a la altura de las grandes creaciones del genio científico. Será atacado, vapuleado y reducido a cenizas, de las que tendrá que resurgir cuando como hombre, como Tony, consiga evolucionar. Una de las mejores resurrecciones de superhéroes, muy al estilo de Batman: Dark Knight Rises, pero sin tanto dramatismo.
En el apartado de los rivales, por fin se ha encontrado un enemigo del estilo y a la altura de Iron Man, que consigue plantarle cara e incluso vencerle en varias ocasiones. Los anteriores films fallaban en este sentido, pese a ser muy vistosos. En esta ocasión los rivales son magníficas máquinas de matar, humanos que pueden convertir todo lo que tocan en fuego, al estilo de súper mutantes que lucharán contra una legión de Iron Mans, en el momento de acción más épico de la trilogía.
En mi opinión, lo que da una guinda de perfección al film son las escenas humanas de Stark, cuando en un momento se queda sin casa, sin armaduras y sin recursos, pero consigue salir adelante en una pequeña localidad de Tennesse, luchando con su propio ingenio directamente contra dos rivales claramente superiores.
Muchos han detractado el simbolismo patriótico del film. Pero estas quejas tenían sentido en los 90, hoy en día sabemos que es un sello de películas norteamericanas, pese a que en ésta incluso se parodia este sentimiento.
En definitiva, la mejor película de Iron Man, por efectos especiales (que no vale la pena detallar, pues son perfectos), la que tiene una historia más completa, más humana y más divertida. Y lo mejor de todo es que no será la última aparición de Iron Man.
Valoración: 9/10
Lo mejor: Tiene todo lo que una película de superhéroes puede ofrecer, espectáculo, historia de trasfondo y mucha originalidad.
Lo peor: Iron Man aparece debilitado respecto a otros films y el patriotismo del argumento puede causar rechazo en algún espectador.