Los que vieron conmigo The Bay me preguntaron por qué las películas de contagio son más terroríficas que el resto. En mi opinión es su extremado realismo el que les confiere ese toque de angustia. Un contagio, una epidemia, una pandemia, sin ningún elemento sobrenatural como los zombies o monstruos mutados, es más terrible porque puede pasar, ciertamente ha pasado a lo largo de la historia y, por probabilidad, volverá a pasar algún día.
The Bay nos sitúa en un pequeño pueblo costero en el que se celebra alegremente la feria del 4 de Julio. Gracias a las declaraciones de una reportera novata y a la recopilación de todo el material digital grabado en el pueblo, conoceremos los hechos de cómo un contagio a través del agua (más adelante se conoce el verdadero transmisor) diezma a la población.
Los afectados presentan terribles heridas y ampollas en la piel, posteriormente sufren un agudo dolor en su interior y finalmente mueren. El proceso transcurre en un período de entre 7 y 12 horas aproximadamente desde el momento del contagio.
La estructura narrativa es perfecta. Comenzamos con unas declaraciones de la joven superviviente y continuamos con “inofensivas” tomas de la fiesta. El nivel de virulencia contagiosa va creciendo desde casos aislados hasta una vorágine de caos, violencia y terror.
The Bay no juega con el espectador, aunque ciertas reacciones de los personajes son algo forzadas para proseguir la acción, pero el tono realista es patente en todas y cada una de las tomas grabadas, lo que incrementa la sensación de terror, sin la presencia de nada sobrenatural.
Es la violencia de los afectados y la reacción de los supervivientes lo que confiere especial interés. Muchos quedan en shock o en estado de pánico, algunos se lo toman con filosofía y otros quieren extender su dolor a la persona que esté más cercana.
Otra de las cosas positivas de The Bay es su no discriminación en víctimas. Niños, adolescentes y personas adultas morirán y sufrirán las consecuencias del contagio, algo que sucede en la realidad ante cualquier agente virulento.
Es curioso el ataque crítico al personal del CDC estadounidense, al que normalmente se le acusa de frialdad y medidas extremas, pero que en esta ocasión se le recrimina su incapacidad para tratar el asunto e incluso su desentendimiento en cierta parte de la película.
Por último, a pesar de ser una simulación documental, el film se toma ciertas libertades visuales y podemos ver algunas tomas fantásticas, como la conducción del alcalde en un coche de policía con un fundido de los accidentes que ve a través de sus gafas. Caos y pánico concentrados en una toma de casi un minuto de duración, muy al estilo de los 70.
Valoración: 8/10
Lo mejor: El realismo de las grabaciones y de los personajes, así como el terror de que esta situación podría pasar.
Lo peor: Ciertas reacciones forzadas en determinadas escenas y una posible libertad narrativa por la falta de asistencia durante casi 24 horas que sufre el pueblo.
Alternativas: Estallido y Contagio son las películas de contagios más famosas. Si bien, en el terreno sobrenatural nada supera a Guerra Mundial Z.
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