En el año 2000 se mantenía el desasosiego de la década de los 90, pesimista y esperanzada al mismo tiempo, que buscaba soluciones radicales a los futuros más negativos que podían imaginarse. Uno de los países con más propuestas originales (y continúa siéndolo actualmente) fue Japón, como ya demostró con el film de animación Akira.
Battle Royale es una película de culto del año 2000, polémica como deben serlo todas, extrema hasta límites insospechados y poseedora de un humor negro de alto nivel. Los que no la conozcáis, os sorprenderá por contenido y, sobre todo, por forma. Los que ya la conozcáis, seguro que disfrutáis recordándola. Comenzamos la crítica de Battle Royale.
Estamos en un futuro depresivo, donde reina el caos social, la tasa del desempleo en Japón es del 15% y los alumnos están en una revolución contínua. Ante tal situación, con el fin de rebajar la tensión en las aulas y, de paso, limitar la sobrepoblación existente, el Gobierno se saca de la manga la ley Battle Royale.
Según esta ley, un curso de tercero de secundario es escogido al azar y enviado a una isla desierta. Allí se le da a cada alumno una bolsa de provisiones y un arma. Tienen que matarse los unos a los otros. El que acabe con vida volverá a casa. Si en 3 días hay más de una persona con vida, el collar que tienen acoplado al cuello estallará y morirán todos los supervivientes.
¿Aún dudáis del extremismo japonés? 🙂
El film está dirigido por Kinji Fukasaku, que murió en 2003 mientras rodaba Battle Royale II. Pero tranquilos, la película fue terminada por su propio hijo, aunque no obtuvo el gran éxito internacional de la primera parte.
De los actores, destaca la presencia de Takeshi Kitano como profesor de los alumnos y malvado dictador de la batalla campal que el gobierno ha puesto en marcha. El resto de actores, con alguna que otra cada famosa, en realidad no tienen especial protagonismo, siendo el modo de matar y las decisiones personales las que marcan el alto prestigio del film, más allá de las interpretaciones de los adolescentes.
Las armas ofrecidas van desde una tapa de un cubo de basura hasta ametralladoras, pasando por flechas, hoces de arado, veneno para la comida y pistolas de todo tipo. Para animar el combate, a la clase se unen 2 personajes desconocidos por los compañeros, que aparentan fiereza y brutalidad en sus acciones, sin duda los pesos pesados del combate.
Aparte de la crítica social de Battle Royale, es destacable el razonamiento filosófico sobre los actos del ser humano cuando es conducido a una situación extrema. Los alumnos, en principio grandes amigos entre ellos, terminan masacrándose unos a otros. Algunos forman grupos sin pensar en que en el futuro sólo uno podrá sobrevivir. Otros intentan una solución pacífica, sin éxito y curiosamente con poca aceptación de la mayoría de rivales.
Quienes tienen corazón cruel, acaban convirtiéndose en verdaderos asesinos o asesinas, dado que las chicas demuestran una mayor facilidad para desenvolverse en Battle Royale que la mayoría de los chicos. Los cobardes acaban muriendo como tales, después de llevarse consigo de la manera más rastrera a algunos compañeros. Cada vez que muere uno o varios de los “jugadores”, se nos informa a modo de contador quiénes son y cuántos quedan con vida.
Hay tantos elementos y tantas situaciones que se barajan en las dos horas escasas que dura el metraje, que algunas bazas importantes son descuidadas como las zonas de peligro, que a cada hora hacen explotar los collares de quienes están en ellas, el intento de eliminar a los adultos por parte de 3 chavales, las muertes de personajes que cobran protagonismo pero cuyo final no está a la altura…
Lo que sí se mantiene en todo momento es el humor negro, con Kitano como su máximo exponente, pero también recuerdos oníricos de muchos otros personajes, o muchas de las muertes absurdas de las que somos testigos.
Como os hemos dicho, Battle Royale destaca más por el contenido que por la forma. Los efectos especiales son correctos, pero los combates demasiado rápidos y las conversaciones superfluas (la mayoría discuten por quién le gusta a quién como si fueran, bueno lo que son, adolescentes) y algunas subtramas son resueltas de forma ilógica o irreal.
Pero una obra de culto sin defectos sería “sólo” una gran obra de arte y Battle Royale es un film de culto, podría incluso definir este tipo de films y mantiene, si cabe hoy en día más aún, la polémica en sus acciones, que escandalizan (y entretienen) a todos los espectadores.
Valoración: 8,5/10
Lo mejor: El argumento es insuperable, muchos otros films asiáticos han intentado igualarlo sin éxito.
Lo peor: Muchas escenas son entorpecidas por actores que no están a la altura y la narración posee altibajos, sobre todo en la resolución de conflictos.
Alternativas: Battle Royale II: Réquiem es de visionado obligatorio, aunque sea como homenaje al film original. Una película similar que ha tenido alguna que otra reposición es “El Experimento” en el que unos voluntarios se prestan a interpretar papeles de presos y policías hasta que se creen de verdad sus roles.
Fuentes:
Carátula del DVD distribuido por Manga Films
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