Lucio (Lluís Soler) es un ruso afincado en un pueblo español (la película está rodada en Requena, Valencia). Pasa una solitaria vida en austeridad, trabajando varios días a la semana en una fábrica y dedicando sus noches a pintar mariposas disecadas, entre trago y trago de vodka.
La vida de Lucio es tranquila, tras un pasado lleno de misterios y hechos horribles, su rutina diaria sólo es rota por las visitas a su médico (Ana Milán), quien le advierte constantemente de que deje su dieta a base de tabaco y alcohol, las visitas del cartero (Sergio Caballero), hijo de una vecina y con deficiencia mental, y alguna que otra tarde en el parque del pueblo, donde admira en secreto a una mujer que acude allí a leer.
Pero resulta que este ruso proviene de un padre español comunista. Y que tuvo una hija, su hermana, quien acaba de morir y Jacob (Carlos Manuel Díaz), padrastro de Natasha (su sobrina a la que hace años que no ve, interpretada por Claudia Silva), es un traficante de drogas y de mujeres que debe hacer un viaje. Por tanto, Lucio se queda, contra su voluntad, a cargo de una rebelde niña.
Pese a sus reticencias, como todo padre adoptivo que se precie, acabará cogiendo cariño a la pequeña y, por ende, preocupándose por ella. El drama de “El hombre de las mariposas” se tornará en thriller cuando mafias rusas y españolas se enfrenten por una cuestión de venganza. Siendo Lucio un ex militar ruso convencido de los ideales comunistas, y el padrastro de Natasha un traficante sin escrúpulos ni con su propia hijastra, que todo desencadene en desastre es como un tsunami que se ve venir de lejos.
Pero “El hombre de las mariposas”, dirigida por el valenciano Maxi Valero, no es nada predecible. De hecho sorprende su componente de acción y violencia, impecablemente rodada, casi diríamos que con mayor acierto aún que mostrando los sentimientos humanos. Se nos presenta un elenco de personajes vacíos de alegría, en los que la sangre y el alma sólo son llenados con una profunda tristeza y grandes dosis de alcohol. Ningún personaje tiene un pasado que no le atormente.
Silvia, la médica, es también una “portadora de la muerte”, es decir, ejerce de forma ilegal la eutanasia a quien realmente la necesita. La pequeña Natasha ha sufrido lo indecible y sigue haciéndolo en el transcurso del film. Ambas han perdido a seres queridos, pero no sólo las mujeres sufren en este film. Un vecino atormentado por años de irrevocable enfermedad de su padre, y el propio Lucio, sin una patria que defender, perseguido por su pueblo y sus antiguos aliados, totalmente solo en el mundo. El único feliz podría ser el ignorante cartero, que intenta sobrellevar cada día entregando cartas de los vecinos que nunca llegarán a destino alguno.
La película es de las más duras que hemos podido ver, basándose en un entorno realista. No obstante, el componente de suspense/thriller es sublime y compensa lo difícil de digerir del lado dramático. Las tomas de fotografía y montaje, principalmente diurnas, con imágenes quemadas, intensifican tanto la sensación del caluroso verano mediterráneo, como la violencia ejercida entre miembros de cada mafia.
Valero consigue así un film violento, por su parte argumental entre bandas, y dramático por todo el entorno personal que lo rodea. Es decir, un film duro en ambos sentidos, pero equilibrado tanto en guión como en personajes.
Sin duda, Soler y Milán son quienes mejor labor realizan, con papeles tristes y débiles a un mismo tiempo que violentos. No nos convence del todo la pequeña Claudia Silva, ya que creemos que por guión no se ha explotado bien las posibilidades de la niña, pues en algunos planos sí se nota buena disponibilidad ante la cámara.
Film totalmente recomendable para aquellos que busquen historias de mafia, con un gran componente realista. No esperéis, sin embargo, que la película sea más llevadera. Es muy dura. Lo que aporta aún más veracidad a los hechos. Y además está impecablemente terminada, tanto en guión como montaje.
Valoración: 6,5/10
Lo mejor: La fotografía es excelente y los personajes principales muy bien trabajados.
Lo peor: No es una película fácil de disfrutar, pues hay mucho sufrimiento humano. Podría haberse extraído más de algunos personajes.
Alternativas: Una historia similar, de una niña entre mafias, es la de Safe, claro que aquí cuentan con Statham para arreglar la situación. Si queremos realismo en un pueblo español podemos ver El perfecto desconocido, donde otro extranjero (Colm Meaney) con un pasado misterioso se instala en un pueblo mallorquín.