La costilla de AdánCrítica: Una mujer descubre a su marido con una amante en el piso de ésta. La esposa despechada saca un revólver y se pone a disparar, histérica sin siquiera abrir los ojos. Imaginaros esta noticia en los periódicos de hoy en día, sería algo que a buen seguro causaría una notable expectación al ser una fémina la encargada de ejercer tanta violencia. Ahora imaginaros el impacto que podría causar una noticia de este tipo en el inicio de una película de 1949.

Así de polémica comienza “La costilla de Adán”, un film cuya trama defiende la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer pero que en la puesta en escena se convierte en una de las mejores comedias que la Metro Goldwyn Mayer consiguió producir en aquella época.

Adam Bonner (Spenser Tracy) es el desdichado fiscal a quien encargan el aparentemente sencillo caso. Cuando se entera su ideologista mujer Amanda (Katharine Hepburn), que también es abogada, decide representar a la acusada y defender así que sí un hombre que hiere a su esposa en una situación similar podría ser exculpado por muchas razones, una mujer también se merece esa posibilidad.

El film se mueve, desde que comienza el juicio, en dos planos distintos. Por un lado, todo lo que acontece dentro del juzgado, donde se producen las situaciones más descabelladas, con los atrevimientos de Amanda y las meteduras de pata de Adam, que convierten todo el proceso legal en algo disparatado y más propio de un circo que de un juzgado. Por otro lado está la situación cotidiana de la pareja. Al principio todo va de maravilla, dejan a un lado los enfrentamientos en el trabajo y se comportan como la pareja de enamorados que son. Pero a medida que aumenta la tensión del juicio, ésta se va trasladando paulatinamente al hogar de los Bonner y ellos van dirigiéndose cada vez más rápido hacia el divorcio, mientras que nosotros, los espectadores, podemos disfrutar de sus riñas, lo más cómico sin duda de todo el film. Los roles empiezan a desdibujarse y mientras en casa se tratan como competidores casi sin querer, en el juzgado se les escapan piropos afectivos como “pocholín” o “pocholina”, para animación de toda la sala.

Entre la crítica en general se opina que el director George Cukor consiguió con “La costilla de Adán” exprimir la máxima relación entre Hepburn y Tracy delante de las pantallas. De hecho la película fue nominada a un Oscar gracias al guión original de Ruth Gordon y Garson Kanin. Por si fuera poco, los protagonistas, que ya contaban con mucha experiencia trabajando juntos, también estaban respaldados por una plantilla de actores secundarios de auténtico lujo, encabezada por la acusada, la bella Judy Holliday, o el extrovertido Torn Ewell.

Aprovechándose de ese grupo de talentos, y con firme decisión, en varias ocasiones Cukor no duda en plantar la cámara delante de los protagonistas y no la mueve durante muchos minutos, obligándoles a actuar sin la posibilidad de cortar el plano ni cometer ningún error, tal y como si representasen una escena teatral.

En definitiva, una película imprescindible para comprobar cómo la situación de maltrato y desigualdad con la mujer es algo en lo que se ha avanzado con demasiada lentitud y, sobre todo, “La costilla de Adán” es una oportunidad única para disfrutar de dos de las estrellas más importantes de Hollywood clásico, aunque sea en su vertiente más cómica.

INFORMACIÓN

Fecha de estreno internacional: 18 de Noviembre de 1949
Fecha de estreno en España: 1949
Director: George Cukor
Actores: Spencer Tracy, Katharine Hepburn, Tom Ewell, Judy Holliday, David Wayne, Jean Hagen

Enlaces de la película: Página de Facebook

MATERIAL AUDIOVISUAL

Reportaje de CMT sobre La costilla de Adán:

Tráiler internacional de Adam’s Rib:

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