Stephen King es sin duda el rey supremo de las obras de terror. No significa eso que en otras áreas sea menos hábil. La ciencia ficción ya ha sido tocada en varias ocasiones por este autor, si bien con “La Cúpula” roza la obra maestra. Esta novela es extensísima, plagada de muchos personajes a su vez dotados de personalidades únicas y evolutivas. El más importante de todos ellos es Barbie, cocinero de un bar del pueblo de Chester’s Mills y también exmilitar del ejército estadounidense.
Durante su huida del pueblo una luminosa mañana, ve interrumpido su camino por una extraña barrera que, en forma de cúpula, aparece de improviso y aísla al pueblo del resto del mundo. La inicial estupefacción de todos, tanto habitantes de Cherster’s Mills como ciudadanos ajenos a la localidad, viene acompañada de múltiples accidentes, por desconocimiento de la existencia de la cúpula, como la primera avioneta que se estrella contra ella, así como por intento de hacerla desaparecer. Todos ellos acaban en tragedia.
La cúpula es, en sí misma, el personaje más importante de todos, aún a pesar de ser inanimado. Es indestructible, impasible, sólo deja pasar una mínima cantidad de aire, por lo que los habitantes prisioneros tienen que esperar a que alguien les rescate antes de que el oxígeno de 30.000 km a la redonda desaparezca.
Entre la gran cantidad de personajes, destaca el mencionado Barbara o Barbie, inteligente, hábil y voluntarioso, pero que se ve impedido y limitado ante los concejales del pueblo y la creciente oleada de pánico que va encogiendo su espacio hasta limitarlo a una de las celdas del pueblo. De esta forma, una de las principales bazas del bando de los buenos, se hace casi inservible durante buena parte de la trama.
Big Jim Rennie, en el otro bando, es el segundo concejal de la localidad, pero en práctica quien toma todas las decisiones, ante la incapacidad del primer concejal Andy. Además de vender coches usados y dirigir el pueblo, también es un asesino, un narcotraficante a gran escala y un ser sin escrúpulos lleno de maldad. Pero además muy inteligente. Sin duda la persona que resulta más beneficiada de la llegada de la cúpula, gracias a la que podrá instaurar su propia dictadura con un ejército de voluntariosos policías jóvenes.
Julia Shumway es la directora del periódico local. Informa de todo lo que sucede sin venderse por nadie, lo que sin duda la convierte en uno de los principales enemigos de Rennie. Es impulsiva e inquieta, pero también inteligente e intuitiva. La figura femenina más influyente de la novela.
Junior, el hijo de Rennie, es un demente asesino con una enfermedad que va creciendo en su interior conforme los días dentro de la cúpula avanzan. Sin afectar directamente a los planes con y contra la cúpula, sus actos sí influyen en el resto de personajes, consumiéndolos, llevándolos a experimentar dolor, desasosiego y miedo.
La novela transcurre a buen ritmo. Algunos capítulos son descriptivos de la zona, lo que permite conocer a la perfección el lugar donde se suceden los acontecimientos dentro de la cúpula, pero la mayoría de partes del libro son narrativas, ágiles y de importantes consecuencias. Esta obra de ciencia ficción con toques de thriller y pinceladas de terror, viene a su vez acompañada de un estilo de narración temporal que Stephen King consigue cuadrar a la perfección. Los interminables hilos que van creándose en los primeros capítulos y extendiéndose a lo largo de los siguientes, siempre terminan cerrándose y nada queda abierto o sin solución, por muy fatalista que ésta sea.
Valoración: 8/10
Lo mejor: La gran cantidad de personajes la palpable consecuencia de todos sus actos en relación al resto de ciudadanos. Te hace sentir que vives junto a ellos en Chester’s Mills.
Lo peor: El desaprovechamiento de ciertos personajes y la poco convincente explicación a la creación de la cúpula.