Una de las sagas más taquilleras, fiel a sus principios originales, con los mismos personajes/actores y que más fans ha ganado (además de los que ha arrastrado “desde” y “hacia” los libros en los que se basa) ha llegado a su fin. Harry Potter ha estrenado su última película.
J.K. Rowling lo consiguió con sus obras escritas, mientras que todos y cada uno de los directores, con su estilo propio, lo han logrado en su adaptación cinematográfica.
En este caso, David Yates ha propiciado un final a 2 partes del último libro de la saga, Las Reliquias de la Muerte, que además de rentable, es bastante lógico. La primera parte del libro, una búsqueda de los 3 personajes principales de los protegidos Horocruxes que guardan parte del alma de Voldemort, es sinceramente bastante aburrida en comparación a la secuela.
Esta última parte es una auténtica guerra en el territorio Hogwarts, donde por fin se enfrentan ambos bandos (pro-Voldemort vs. pro-Harry Potter) en combates a muerte. Asistimos a un auténtico combate entre dos ejércitos, similar al de El Señor de los Anillos – Las dos torres, con la lógica diferencia de estilos, personajes y dosis de violencia reducida a embites mágicos con varitas, salvo unas pocas apariciones de arañas enormes, gigantes violentos y estatuas de piedra con vida.
Narrativamente esta última parte presenta un ritmo más acelerado y constante, con apenas dos o tres pausas de tensión aprovechadas para esclarecer las lagunas pendientes del enorme guión elaborado por Rowling.
Los actores principales, Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, se conocen sus papeles de memoria y consiguen interpretaciones magistrales en su última parte, a pesar de que se centra de mayor manera sobre el personaje de Harry Potter. La inevitable madurez física de todos los actores ha forzado a realizar doble trabajo en vestuario y maquillaje, pero la magia, esta vez del séptimo arte, ha dado resultado y son creíbles todos ellos.
En cuanto a efectos especiales, el explotadísimo 3D hace acto de presencia de forma algo residual, por lo que recomendamos en esta ocasión visionar la película en HD. La calidad de las animaciones y creaciones digitales es fantástica y de las mejores vistas hasta la fecha. Dragones, hechizos, teletransportaciones y animales irreales aparecen tan palpables como los actores que tienen que lidiar ficticiamente con ellos.
En las Reliquias de la Muerte, por si alguien se perdió entre tantas partes de la saga, Harry y sus amigos Ron y Hermione prosiguen su búsqueda de Horocruxes hasta la mismísima Hogwarts. Es allí donde una vez conocida la presencia de Potter, Lord Voldemort ordena un ataque con todo su ejército de súbditos contra el castillo, en el que el resto de la Orden del Fénix, los profesores y todos los alumnos voluntarios resistirán el mayor tiempo posible, con el fin de que Harry, Ron y Hermione encuentren el resto de trozos de almas de Lord Voldemort y las destruyan.
En esta última parte se esclarecen todos y cada uno de los puntos narrativos abiertos hasta la fecha. Quién es el hermano de Dumbledore, quién ayudó a los chicos en la película anterior en el lago del bosque, las verdaderas intenciones de Snape, qué pasó realmente la noche que Voldemort atacó a los padres de Harry, así como (algo que muchos estaban esperando) las futuras relaciones de pareja entre varios alumnos de la escuela.
A diferencia del libro, la violencia y la muerte es mucho más reducida. La guerra limita los grupos en cada bando para evitar así demasiadas muertes, y la reduce a un enfrentamiento principalmente entre magos. La realidad escrita por Rowling no es así, pero quien no haya leído el libro no se sentirá defraudado al asistir a momentos de auténtico furor sobre todo por parte de los defensores de Hogwarts. Matthew Lewis (Neville Longbottom), recibe en esta última parte un papel pseudo-protagonista y tiene escenas realmente épicas, como su carrera en el puente perseguido por cientos de bandidos, su cara a cara verbal con el mismísimo Lord Voldemort o su participación en la guerra, con la espada de Griffindor en su empuñadura.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es en su segunda parte todo un señor final, que se aleja de absolutamente todas las anteriores partes, rompiendo con la rutina argumental de un año más en Hogwarts. En esta ocasión, el mundo está en vilo y los magos se han declarado abiertamente la guerra. Tonos grisáceos y oscuros abrazarán los coloridos hechizos que se lancen unos a otros, siempre bajo un guión muy fielmente adaptado (por algo han hecho dos partes de un solo libro), y una culminación artística de Ridcliffe, Grint y Watson, que no es sino el principio de una prometedora carrera cinematográfica alejada de los muros de Hogwarts.
Valoración: 7/10
Lo mejor: Los efectos especiales son alucinantes y la correcta adaptación del libro ha creado un guión rápido, fresco y convincente.
Lo peor: La guerra podría haberse extendido a más detalles, como hace el libro, pero lo peor sin duda es que ya no habrán próximas películas de Harry Potter.
Alternativas: La mencionada “Las dos torres” es muy similar por la batalla que libran, aunque para aventuras mágicas o fantásticas tenemos la saga Star Wars y las edulcoradas Crónicas de Narnia.