Milton ha regresado para atrapar a una secta que ha degollado a una mujer y raptado un bebé, con el fin de sacrificarlo a Satanás y traer así el Infierno a la Tierra.
Piper es una chica dura que trabaja en una cafetería con un jefe acosador y que sale con un novio bastante indeseable. No tiene perspectivas de futuro hasta que se cruza con Milton.
El Contable es un hombre trajeado, correcto y elegante. Sin alma. Busca a Milton.
Furia Ciega (Drive Angry) es un excelente homenaje a las road movie de los 80 y 90, que mezcla acción, sangre, tíos duros, frases más duras todavía, tías duras, conducción sin frenos y ciertos toques sobrenaturales.
Lo cierto es que Patrick Lussier ha alcanzado un nuevo nivel con “Furia Ciega”, después de realizar excelentes episodios para series de televisión de terror y ciencia ficción, así como un par de intentos medianos de triunfar en la gran pantalla con “Cursed (Maldición)”, “Vuelo nocturno” y “San Valentín Sangriento”. Parece que el director va mejorando constantemente y ya estamos esperando con ganas la prometida Halloween III.
No obstante, el éxito de Furia Ciega depende de lo mucho que puedas aceptar a Nicholas Cage en el papel de tipo duro fuera de la ley. Después de varios papeles fallidos como salvador, aventurero o policía, parece que el bueno de Cage es más bueno haciendo de malo que de bueno. Sin duda a sus fans lo primero que llegará al archivo de recuerdos cinematográficos al ver Furia Ciega será “60 segundos”, que seguro que le proporcionó al actor suficiente experiencia frente al volante para realizar los giros, cambios de marcha y peripecias sin levantar el pie del acelerador que aparecen en la película. Es más, los fans de los vehículos clásicos fliparán con los modelos que aparecen: Riviera, Charger 69, Chevelle, Dodge…
Además de las persecuciones, tiroteos, embestidas, accidentes, explosiones y destrucciones provocadas con y por vehículos, la peli tiene también peleas al más puro estilo de refriegas de bar. Milton no sólo persigue con acierto a la secta a través de interminables carreteras secundarias, sino que llega a alcanzar a los miembros más de una vez y se enzarza en duros combates puño, pistola o escopeta en mano. Es memorable la escena en la que está pegando un polvo a una camarera, con la chupa y las gafas puestas, mientras se cepilla a base de plomo a casi 20 esbirros de Jonah King, el líder de los satánicos.
Las escenas no son las únicas que transmiten este aroma chulesco, sino también los propios personajes, en sus maneras y frases, hasta los ambientes son típicos del sur profundo de Estados Unidos: bares de carretera, iglesias dejadas de la mano de Dios, acampadas de motoristas, moteles semiderruidos…
Como decimos, parece que Nicholas Cage está cómodo en este papel y así lo refleja en todos los planos. Amber Heard, algo más forzada, también demuestra que sabe hacer de chica dura y damos gracias que los guionistas no se hallan limitado a dejarla como tía buena florero. Piper se carga a policías, fanáticas de la secta y a algún que otro tipo gordo con barba y escopeta (prácticamente son así todos los malos). Incluso mantiene una equilibrada pelea a puñetazos con el villano.
William Fichtner se hace llamar El Contable y simula ser un agente del FBI para evitar problemas con los agentes de la ley, a los que en realidad maneja a su antojo. Fichtner hace un buen papel de tío estirado y con las cosas bien claras. Su tez inamovible refleja perfectamente su falta de sentimiento como ser sobrenatural, aunque el guión, como con otras cosas, no deja muy clara cuáles son sus verdaderos intereses en que Milton triunfe o fracase.
Por último, hay que destacar a Billy Burke en un papel de malo ochentero totalmente estereotipado, y dado que la película es todo un homenaje a estos perfiles, lo hace perfectamente. Es duro, pero absurdo, paradójicamente débil y líder de los más fuertes, y fanático de sí mismo como el que más.
Furia Ciega acompaña todas estas escenas de sangre, golpes, insultos y fuego con una banda sonora rockera y metálica. Michael Wandmacher vuelve a conseguir una entrada triunfal del personaje y mantener la acción en la cota más alta gracias a sus guitarras metálicas y los toques orquestales de fondo. Sólo una versión de «I’m still alive» de Meat Loaf da el cierre final cantada a una película que lo tendría todo si fuera de los 80, pero que se convierte directamente en obra de culto al ser estrenada directamente en el siglo XXI.
Curiosamente es esta entrada en una nueva era cinematográfica la que reduce un poco su calidad al intentar introducir los efectos 3D en muchas de las peleas y explosiones, con los típicos recursos de traer hacia el usuario objetos punzantes a toda velocidad. Unos efectos que quedan bastante mal en comparación con el resto de acción desbordante y de alto nivel que puede disfrutarse en todo el film.
Quitando esta seña de identidad 3D, cuya moda empieza a ser tan ilógica como una road movie de los 80 estrenada en 2011, lo cierto es que Furia Ciega es lo más gamberro y clásico hecho en cine desde que Stallone se atreviera a juntar a un grupo de Mercenarios un reciente verano.
Valoración: 8/10
Lo mejor: los tipos duros y sus frases más duras aún, los coches y las persecuciones en carretera.
Lo peor: lagunas en el guión, pues no se explica todo, y los efectos 3D, que de haberse obviado habrían mejorado la calidad de la película, aunque probablemente no la taquilla recaudada.
Alternativas: Los amantes de los coches fliparán con 60 segundos y si lo tuyo es el tunning, échale un vistazo a Fast & Furious. Los seguidores de Cage lo habrán visto tan o más duro en Con Air e igual de loco en Aprendiz de Brujo. Pero los que busquen gamberrismo y exageraciones testosterónicas al más alto nivel, que no se pierdan Los Mercenarios.