Jessie y Roy son dos norteamericanos en China por labores humanitarias y en base a su fe cristiana (él es más devoto que ella). Roy es, un apasionado de los trenes, convence a su mujer para cruzar toda Rusia en el famoso Transiberiano. Un viaje mochilero y romántico termina transformándose en tenebroso por dos razones.
En primer lugar, siempre que sales de casa y viajas a otro país tienes dos opciones: visitar lo turísticamente atractivo, o bien conocer la forma de vida de verdad del lugar. Esta segunda opción suele ser decepcionante. En la mayor parte de films de terror todo sucede en sureños pueblos norteamericanos. En Europa del Este, Hostel ha demostrado que también es deprimente y espeluznante lo que te puedes encontrar.
Rusia no iba a ser menos y le toca a un español encarnado por Eduardo Noriega, retratar la parte oscura del film. Carlos y Abby son otra pareja que comparte departamento con ellos. Al parecer cuentan con más experiencia en viajes intercontinentales y con un pasado nada claro. Carlos parece ser el típico español seductor, con muy pocas buenas intenciones. Abby, mucho más joven que él, muestra total dependencia de su pareja y no saber muy bien dónde se está metiendo.
Los 4 siguen su viaje por tierras rusas «disfrutando» del paisaje, la extraña sociabilidad de la gente del lugar y la pasión por los trenes de Roy. Es cuando en una de estas visitas turísticas Roy pierde el tren y el grupo se separa. Su mujer se mantiene esperándole en el hotel más cercano nerviosa y angustiada. Carlos aprovecha para sacar partido con ella. Y Abby quiere escapar de allí, pero no sabe hacerlo sola.
La situación se vuelve más compleja y delicada conforme pasan las horas y no saben nada del norteamericano. Hasta que se desata la pesadilla.
Aparte del negrísimo guión desarrollado por Brad Anderson y Will Conroy, los 3 actores masculinos hacen unos papeles magníficos. A Woody Harrelson lo hemos visto como asesino nato e incluso como el más loco de todos los supervivientes de Zombieland. Sse hace raro verlo perdido en un territorio hostil convertido en un santurrón cristiano y sin mucha más defensa que su cerebro.
Eduardo Noriega es un cabroncete. En Tesis y Abre los Ojos demostró su valía para el thriller. Aquí, menos protagonista, sabe transmitir locura y terror a partes iguales con muy pocos minutos delante de la pantalla.
Ben Kingsley es el mayor peso pesado de todo el plantel. Tiene más experiencia como actor en general y en thrillers en particular, por lo que se mueve como pez en el agua, por muy turbulenta que ésta sea.
Aparte de abarcar más metraje, las mujeres, en especial Emily-Mortimer, no parecen absorver el peso principal de la historia y ambas sirven de meros acompañantes, lo que no debería ser así cuando, al menos una de ellas, provoca uno o dos giros bruscos en la trama.
Transsiberian es un film gélido y frío como sus escenarios, incluso sus personajes son algo grises. Una atmósfera ideal para un thriller de este calibre.
Valoración: 6,5/10
Lo mejor: el ambiente inhóspito casa a la perfección con un guión escalofriante.
Lo peor: el poco papel otorgado a las mujeres, cuando podrían haber supuesto la diferencia entre un thriller angustioso y EL thriller angustioso.
Alternativa: En thrillers el rey indiscutible es Seven, pero para territorios inhóspitos y extraños las dos de «Hostel» lo bordan. Por último, la mencionada «Abre los ojos» es una alternativa de thriller muy buena dentro del cine español.