Thor, hijo de Odín, rey de Asgard y padre de todos, también es hermano de Loki, protector del Universo y uno de los superhéroes más famosos de Marvel. Por fin nos llega a la gran pantalla una adaptación medianamente aceptable, por parte de Kenneth Branagh.
La historia, lejos de parecerse a la de cualquier otro superhéroe terrenal, no narra la maduración del personaje, salvo una pequeña escena introductoria de su infancia. Tampoco veremos cómo Thor gana sus poderes, pues es un habitante de Asgard y por ello tiene las habilidades que tiene, comparadas con la de los humanos e incluso las de otros mundos, totalmente alucinantes.
Para quien no lo sepa, Thor es un poderoso guerrero, valiente a la vez que algo irresponsable en sus actos, todavía demasiado inmaduros como para gobernar el Universo Marvel, pero sí es lo bastante poderoso como para defenderlo. Entre sus armas destaca el poderoso Mjölnir, un martillo que sólo él puede manejar y cuyo poder es equivalente al de mil rayos juntos.
En una historia de traiciones, guerras mitológicas y decepciones familiares, la de Thor comenzará aterrizando directamente en la Tierra, época actual, con cameo de Facebook incluido, desterrado de su planeta natal, desprovisto de armas y de poderes. Es completamente humano.
Mientras tanto, en Asgaard se vive una época trágica con el rey muy enfermo, un traidor en la corte y la amenaza inminente de una guerra contra sus más antiguos enemigos, los gigantes de hielo.
Thor, con la ayuda de una humana (la científica Jane – Natalie Portman) debe robar el martillo al ejército estadounidense, recuperar sus poderes, regresar a Asgard, salvar a su reino y, de paso, conseguir el perdón de su familia. Ahí es nada!
El film, aún desprovisto de una narración histórica del personaje como en anteriores adaptaciones (Spiderman, Iron-Man, Capitán América, etc.), adolece de un ritmo muy lento por las pocas escenas de acción. Espectaculares, desde luego. Pero escasas y demasiado forzadas.
Los enfrentamientos en el reino de Asgard son de increíbles proporciones, pero sólo los efectos especiales se salvan. La coreografía no es numerosa, lo cual no sería negativo, en caso de que sí influyera constantemente en la narración. Pero el film es básicamente un algoritmo repetitivo de secuencia-lucha-secuencia, sin que las peleas o combates apenas influyan en comparación con los diálogos y disputas verbales de los protagonistas.
Por otro lado, desde que Thor pierde sus poderes hasta casi el final de la película, tan sólo su intervención contra el ejército (o lo que él cree que es el ejército), se salva de una espiral de drama romántico con no mucha gracia.
El argumento, sin embargo, es interesante. Por un lado por ser la historia de Thor y el nacimiento de lo que puede ser una saga cinematográfica del superhéroe. Por otro lado, tenemos el transfondo de la próxima película de Los Vengadores, esta vez con mayor involucración, pues SHIELD forma parte desde casi el inicio de la trama y es más influyente que en otras producciones.
Thor se unirá en unos meses a otros superhéroes, de los que sólo Ojo de Halcón hace un mero cameo en el film. Los compañeros que apoyan al asgardiano hasta entonces son realmente poderosos, pero su participación en la película es, de nuevo, escasa y poco influyente en la trama.
En lo que respecta a entorno digital, la producción es perfecta, tanto en efectos 3D como en “sencillas” animaciones 2D, los golpes, las destrucciones y las batallas y peleas en general son una pasada. Los tonos de color aplicados al entorno terrestre se oponen a los llamativos dorados del reino Asgaard o la oscuridad penetrante del Reino de Hielo. Pero todos los personajes, reales y no reales, están bien retratados, incluido el traje de Thor, bastante fiel al original del personaje (capa incluida).
En resumen, una buena película de superhéroes, con menos acción de lo habitual y que no aporta mucho narrativamente hablando, pero que es un digno eslabón más hacia el film de superhéroes que todos esperamos: Los Vengadores.
Valoración: 5/10
Lo mejor: Las batallas, aunque escasas, son increíbles, tanto en la Tierra como en cualquier otro planeta.
Lo peor: Poca implicación narrativa, da la sensación de que poco cambia realmente desde que comienza la película hasta cuando termina.
Alternativas: No tiene los mismos poderes que Thor, pero es igual o más irascible y valor no le falta, no os perdáis a Conan.