Alan Yuen nos trae con Firestorm un dulce tan sabroso como la buena pinta que tiene. El film que aquí nos ocupa tiene todas características que un thriller policíaco puede presentar. Por un lado a policías desbordados por una situación incontrolable de crímenes y violencia en las calles. A su vez, los agentes se cuestionan sus propios métodos con el fin de atajar una situación que la ley no puede acometer.
Por supuesto, hay topos infiltrados en todos lados, hackers chantajistas con las espaldas bien guardadas y víctimas inocentes que se ven involucradas en medio de tiroteos y conspiraciones.
Por cantidad Yuen no nos defrauda, pero como es propio en su estilo, lleva los límites un poco más allá de lo que esperábamos. Los inocentes sufren de la peor forma posible, lo que convierte a Firestorm en un thriller durísimo y, con el fin de enfatizar el realismo de la acción, las escenas de tiroteos son largas, devastadoras y tremendamente destructivas. Lo que, por nuestra parte, no supone ninguna pega.
Firestorm nos presenta de este modo una época cruda para la policía de Hong Kong, que se ve incapaz de detener a una despiadada banda de atracadores. El oficial encargado del caso tiene a agentes infiltrados, controla las cámaras de la ciudad e intenta, por todos los medios, detenerlos. Pero nunca consiguen pruebas incriminatorias y todos los civiles que se ven inmiscuidos son asesinados sin compasión. Por tanto, sólo queda romper un poco las reglas para poder luchar contra estos asesinos con alguna posibilidad, aunque sea a costa de una conciencia imposible de tranquilizar de por vida.
Yuen apuesta, como hemos dicho, por el realismo en sus escenas de acción, coqueteando con el drama lacrimógeno cuando el thriller toma su lugar. Por esa razón tenemos novias embarazadas, acosadas, niñas autistas y crisis familiares. El resultado es un espectáculo impresionante, pero también una dureza narrativa no apta para corazones sensibles.
Argumentalmente la historia de Firestorm contiene enredos, giros de guión y dilemas morales propios del thriller más oscuro. El director no se para ni un segundo y en apenas 91 minutos se ve obligado a acelerar ciertas situaciones, lo que crea una mínima confusión que, no obstante, queda totalmente aclarada al final del metraje.
El mayor peso recae sobre Andy Lau, excepcional como jefe de policía con una personalidad ambigua. El espectador es literalmente incapaz de adivinar cuál va a ser la respuesta de su personaje, capaz de matar para cubrirse las espaldas o de perdonar el crimen más inconfesable. Humano, al fin y al cabo.
De todas formas, no os hagáis demasiado amigos de los protagonistas de Firestorm. Como en todo buen thriller asiático, ninguno tiene carta blanca hasta el final de la película y la muerte acecha por cada fotograma. Junto a esta incertidumbre, la tremenda tensión del descubrimiento de los topos aumenta constantemente.
En definitiva, si lo tuyo es el thriller policíaco, no echarás nada en falta de este género con Firestorm. Si además el cine asiático es tu pasión, aquí encontrarás una producción autóctona del nivel más alto. Ahora bien, si la violencia cinematográfica no corre por tus venas, Firestorm quizás sea demasiado para ti.
Firestorm está disponible en DVD editado por Cameo desde el 17 de Diciembre, con formato panorámico 16:9 (imagen1.85:1) e idioma castellano disponible tanto en audio como en subtítulos, si se prefiere una experiencia original y ver la película en cantonés.