Brett Ratner nos ofrece con el Hércules de Dwayne Johnson una visión realística de un mito verídico, el de Hércules el hijo de Zeus. Lo hace además superponiendo la violencia y la sangre por encima del espectáculo y la familiaridad.
En este Hércules, el héroe conocido por todos es un mercenario acompañado de un grupo de valerosos guerreros que aceptan misiones para salvar inocentes y castigar a malvados, pero lo hacen a cambio de oro, persiguiendo así el objetivo de vivir como reyes en una isla paradisíaca.
Su sobrino Ioulus (Reece Ritchie) es el encargado de contar por donde pasan la famosa leyenda de este supuesto hijo de Zeus y de una mortal, odiado por Hera y el resto de dioses. Se ha enfrentado a leones, hydras y todo tipo de monstruos. Pero eso es sólo la leyenda. ¿Hay algo de cierto?
Lo único que Brett Ratner nos deja patentemente claro es que su esposa y sus hijos murieron asesinados brutalmente. Y él parece ser el único culpable aunque no recuerde nada. Un héroe afligido por la pena y la culpabilidad, que no simpatiza con nadie salvo que una bolsa de oro se ponga delante de él y cuya única familia son los compañeros asesinos que le acompañan a todas las misiones.
Sin duda, un punto de vista original sobre Hércules alejado del misticismo creado en torno a este personaje, que le permite a Ratner no tener que abusar de efectos especiales en animales y monstruos, algo que al poco de intentarlo demuestra no haber volcado presupuesto suficiente. Él sabrá por qué.
En su lugar, soldados de todo tipo, jinetes que parecen centauros y lobos que parecen compartir un sólo cuerpo de varias cabezas, son los enemigos de nuestros protagonistas. No hay magia, ni fantasía, ni una historia demasiado profunda. Podría pasar sin problema como uno más de los capítulos de televisión de Kevin Sorbo, sólo que sin fantasear tanto. Eso argumentalmente.
En la práctica, el montaje, la fotografía y la coreografía nos ofrecen una película trepidante, llena de acción, alguna que otra toma a cámara lenta, si bien son mínimas, muchas, pero que muchas muertes, arqueros, asesinos con cuchillas, amazonas, bárbaros y videntes son las clases que pueblan cada batalla y la forma en que se desarrollan es perfecta.
La tensión es máxima en cada enfrentamiento, aunque nos hubiera gustado un metraje más largo para seguir disfrutando de más guerra y Dwayne Johnson hace el animal que da gusto verlo. Tendremos puñetazos con puntas de flecha impactando en el cráneo de los enemigos, un garrote estilo troglodita con el que revienta cabezas, arcos afilados con cuchillas para atacar por todos los flancos en el cuerpo a cuerpo y soldados o campesinos que sirven de carnaza para tanta testosterona explotando violentamente.
Hércules entretiene y no aspira a más. Por tanto consigue con buena nota su objetivo. Y, siendo sinceros, el presentar a Hércules como un humano que se odia a sí mismo y tan o más asesino que sus víctimas, nos ha gustado ¡y mucho! ¿Es este el mejor Hércules hasta la fecha? Para nosotros sí.