Han pasado 8 años desde que el Joker fuera apresado y Batman se retirase de escena siendo culpado por la policía de Gotham del asesinato del Harvey Dent. La ciudad goza de una época carente de un índice de criminalidad importante y los ciudadanos viven apaciblemente. Pero en su interior el mal germina y crece amenazando salir a la luz en la figura de Bane, un tipo hyper musculado que lleva una máscara derivada de una enfermedad que tuvo en un pasado ya lejano.
Bane es el enemigo más real de toda la trilogía. De forma resumida es un terrorista entrenado por Ra’s al ghul quien le proporcionó además objetivos idealistas por los que luchar, morir y matar.
Mientras tanto, Selina Kyle, más conocida como La Gata, está causando estragos entre los más ricos, a quienes saquea sin piedad en su filosofía robinhoodiana por la que los poderosos han conseguido su estatus dejando migajas al resto.
Bruce Wayne, por su parte, vive retirado en su mansión, destrozado sentimentalmente por la muerte de su ser querido, hundido en la oscuridad por personificar al ser más odiado de Gotham, lesionado gravemente por sus antiguos combates y deprimido por su fracaso profesional tras intentar crear una fuente de energía alternativa que ha derivado en la casi total ruina de Empresas Wayne.
Esta atmósfera de desventaja ante el enemigo es constante a lo largo de toda la película, creando una tensión en aumento que no decae en todo el metraje. A cada avance de los buenos, los malos contrarrestan con un golpe aún más fuerte que el anterior, por imposible que parezca. Es muy ilustrativo que en el cine, la gente ante las continuadas escenas de violencia y destrucción se echara las manos a la cara o expresasen frases del tipo “esto no puede acabar bien”.
“El Caballero Oscuro: La leyenda renace” pone fin a una trilogía de la parte más oscura del Universo de Batman siendo fiel a su estilo, pero reduciendo las dosis de acción e intensificando el thriller, gracias en parte al realismo que aportan sus personajes.
El personaje interpretado por Christian Bale está más humanizado en esta entrega y su oscuridad de alma casa mejor que nunca con la verdadera personalidad de Batman, de quien hace la mejor interpretación hasta ahora. Los actores que repiten papel mantienen la fidelidad en los personajes del cómic y limitan sus apariciones con el fin de no ser repetitivos, tras dos películas en las que ya consumían suficiente cámara.
El realismo del film está sobre todo basado en las figuras de los nuevos personajes.
Bane es uno de los enemigos más peligrosos de Batman. Está retratado estupendamente por Tom Hardy y parece realmente imbatible. No obstante, en ningún momento parece estar dotado de nada sobrehumano ni insólito. Sencillamente es fuerte en cuerpo y espíritu, mucho más que un Bruce Wayne totalmente decaído.
Anne Hathaway hace un papel de Gata melosa muy creíble, dota al personaje de personalidad, evoluciona junto con el guión y luce estupendamente en la bat-moto.
Jopseph Gordon Lewitt releva en buena parte del metraje a Gary Oldman (comisario Gordon), y también evoluciona a lo largo de la película de policía a inspector, de huérfano a héroe y de ciudadano a renegado, muy similar a lo sucedido con el personaje de Harvey Dent aunque con consecuencias muy distintas.
El film basa su incomparable tensión en un guión muy trabajado y mucho más complejo que en las anteriores partes de la saga. Además la notable diferencia entre villano y superhéroe crea un desasosiego de principio a fin.
Hans Zimmer aumenta esta sensación con una banda sonora épica, oscura pero sobre todo sentenciadora. Los personajes caen abatidos, la ciudad de Gotham es casi destruida y sometida a una ley marcial dictada por Bane y el futuro parece avecinar tormenta, como dicta el tema introductorio que Zimmer nos ofrece en una complicada escena de acción en pleno vuelo.
La película cierra varios puntos pendientes. Supone el fin de la trilogía oscura que Christopher Nolan nos ha traído sin posibilidad de ser mejorada por nadie de momento. Además la historia de Ra’s al ghul, que es ampliada respecto a lo que vimos en la primera parte, junto a su relación con Bane, ocupa gran parte del film y concilia por fin a Batman y su enfrentamiento con la Liga de las Sombras, que en la primera parte podría considerarse terminada de forma demasiado precipitada para el verdadero significado que tiene para el personaje.
Pero los enemigos de la película proceden, no obstante, de otros conceptos. Para empezar en la propia trilogía. La secuela de Batman, “El Caballero Oscuro”, cuenta con posiblemente la mejor interpretación de un villano con una personalidad tan esquizofrénica como adictiva delante de la cámara. El Joker de Heath Ledger es el mejor enemigo de Batman traído al cine y ni todos los músculos de Bane ni su inquebrantable idealismo terrorista pueden plantarle cara. En todo momento existe esa sensación de que si el Joker apareciese ante Bane lo manejaría como quisiese.
Hans Zimmer, que hemos dicho que hace una labor extraordinaria, como casi siempre, no es capaz de superarse ante los delirantes tonos de terror que aportó en la película anterior. Los contundentes ritmos de esta banda sonora son menos atractivos y demasiado definitivos frente a la sensación de acción de los temas “Why so serious” o la más intensa “I’m not a hero” que disfrutamos en 2008.
Nolan, además, reduce la acción y la fantasía de los efectos especiales, consiguiendo así un film mucho más realista, como hemos apuntado con una trama muy compleja y que va resolviéndose con lentitud, mucho más de lo que su propia complejidad va creciendo. Este es el motivo de que la tensión de esta tercera parte sea inigualable, pero vemos muy reducidas las apariciones de Batman, menos espectaculares a pesar de contar con vehículos sorprendentes en movimiento y también escenas más creíbles, lo que paradójicamente reducen espectacularidad.
En el propio sector cinematográfico, “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” ha tenido este año rivales muy complejos provenientes de la competencia más directa: Marvel. Por un lado “The Amazing Spider-Man” ha satisfecho unos días antes la necesidad de superhéroes para los espectadores. Si bien creemos que se queda a un nivel de exigencia mucho menor que la creación de Nolan.
Quien de verdad le ha plantado cara es Joss Whedon con su adaptación de Los Vengadores, que básicamente alcanza el mayor estatus de película de superhéroes y traslada a la gran pantalla lo que en realidad pasa en los cómics entre DC y Marvel. Iron Man, Hulk y compañía son inigualables creando espectáculo, sus aventuras son las más fantásticas y ofrecen una acción para todos los públicos que satisface incluso al más exigente. DC (y Nolan), por otro lado, ofrece con Batman un superhéroe mucho más realista, lo que propicia una mayor empatía con los espectadores. Pero a su vez intercambia la espectacularidad de la acción por un metraje basado en un guión más trabajado, una atmósfera más oscura y unas historias más crueles. En taquilla, probablemente gane la partida «Los Vengadores”. No obstante, esta peli de Batman está más trabajada conceptualmente y ofrece al espectador alternativas al entretenimiento más básico.
Valoración: 8,5/10
Lo mejor: El realismo y la tensión del film son únicos. Los vehículos aportan dosis de espectáculo a un alto nivel y la trama es de las más trabajadas en un film de superhéroes.
Lo peor: Las apariciones del protagonista principal enfundado en el traje de Batman son menos de las que los fans querríamos. El realismo conduce al film más hacia el género del thriller que al de acción.
Alternativas: “El Caballero Oscuro” es a nuestro parecer la mejor película de Batman y la mejor que ofrece de forma algo realista un film de superhéroes. “Los Vengadores” es la mejor alternativa si se desea más acción y efectos especiales, aunque con una trama más simple.