Nueva película de Spider-Man siguiendo la línea Amazing en la que se persigue una mayor fidelidad con los cómics y un acercamiento a un público algo más adulto. La primera película The Amazing Spider-man fue bastante criticada a nivel de actuación, además de por historia y planteamiento en conjunto. No ofrecía mucho nuevo respecto a la saga de Sam Raimi. En esta secuela tenían muchos deberes por hacer.
En The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro asistimos a una supuesta evolución del personaje humano, pues está en la época de pasar a la Universidad, igual que todos sus compañeros. Esto a nivel narrativo apenas sirve para justificar un par de escenas entre tía May (Sally Field) y Peter Parker (Andrew Garfield) o de éste y Gwen Stacy (Emma Stone) buscando una salida de estudios en Inglaterra. La vertiente humana más interesante es la relativa a Oscorp, con la aparición por fin de Harry Osborn (Dane DeHaan) y de su herencia-legado multimillonaria. Como todos los fans sabemos, también será la carta de presentación para el villano más peligroso de Spider-Man, El Duende Verde.
Pero de nuevo debemos decir que el argumento se vuelve interesante por otros derroteros. Electro es el alter ego de Max Dillon (Jamie Foxx), una vez sufre un accidente durante su trabajo en Oscorp, que lo convierte en un ser hecho y alimentado de electricidad. Tras un enfrentamiento con Spider-Man, a quien adoraba anteriormente, Electro busca venganza contra todos los que lo oprimían y contra el trepamuros, único obstáculo para poder dominar toda la ciudad.
De forma algo atropellada se nos cuenta también la historia de los padres de Peter, sus investigaciones científicas que condujeron a la creación de las arañas mutantes y la aparición de un personaje que aporta comicidad al conjunto y que, posteriormente, conoceremos como Rhino (Paul Giamatti).
En resumen, la historia es floja de nuevo, se desaprovecha a prácticamente todos los personajes y sigue sin gustarnos el tratamiento que Garfield aporta a Peter Parker, demasiado forzado y torpe en el habla, cuando ducho en el cuerpo a cuerpo. No es por comparar con el cómic, esto no sería necesario si el film tuviera su propio peso, pero el Peter Parker original nunca tartamudearía tanto.
Es elogiable el intento de potenciar su lado científico como en la historia original de Stan Lee y Steve Ditko, así como su relación con Gwen, que aparece por primera vez como la mejor paternaire de Peter Parker delante de la cámara.
Con todo, se queda un film de adolescentes con toque dramático y atisbos innecesarios de comicidad que no hacen sino desmejorar el conjunto realista del film. Por tanto, mejor vayamos al lado fantástico.
Debemos decir que The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro contiene las mejores escenas en cuanto a calidad digital que ninguna otra película de superhéroes ha podido ofrecer hasta la fecha. Seguir a Spider-Man es frenético, veloz, toda una inyección de adrenalina que, ojalá, pudiera sentirse más minutos en la película.
En el plantel de enemigos destacamos a Electro, creado de forma fabulosa tanto en su forma mundana con apenas un harapo, como con su traje de última generación. Del mismo modo, sus efectos digitales son los más desarrollados de toda la película. El combate entre ambos, que se repite en dos ocasiones durante la película, es fascinante y perfecto, escudado con una inmejorable banda sonora de Hans Zimmer que, como siempre, brilla con luz propia.
Tenemos además una anecdótica aparición de Rhino en el tramo final del film, menos notorio a nivel visual pero bastante creíble.
En último lugar hablamos de El Duende Verde, que mejora sustancialmente al de Sam Raimi, si bien el combate con Spider-Man es bastante flojo y soporífero. Sin el componente dramático la pelea es insulsa y sin sentido, para tratarse del mayor enemigo del arácnido. La locura está bien retratada por parte de DeHaan, no así tanto el maquillaje incorporado. Su aparición de forma humana es mucho más creíble e incluso terrorífica que la conversión en este villano.
Por tanto, nos quedamos con The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro como un film entretenido que, sin llegar a sorprender demasiado, bien podría decirse que es una de las mejores películas del trepamuros. Lástima que los personajes humanos no estén mejor tratados o que la historia tuviese una mayor solidez en base a sus personajes secundarios. Le vemos falta de equilibrio, algo curioso para tratarse de una araña, ¿verdad?
No creo que sea la película definitiva de Spiderman, el hombre araña, pues hay que perfeccionar aun muchas cosas, a mi parecer. Sin embargo, estamos ante una gran película que hace honor al trepamuros y que se defiende bien. No hay duda de que las escenas de acción son de lo mejor. No obstante, contiene sus altos y bajos. Lo que importa es divertirse, y yo, me lo he pasado en grande.