Capitán América 2

Capitán América ha sido de todas las franquicias cinematográficas recientes de Marvel la más apática de todas. Iron Man tenía el carisma de Robert Downey Jr.; Thor la suficiente capacidad visual del mundo de fantasía; Hulk se descolgó hace tiempo demostrando de todas formas lo impactante que resulta en pantalla… Pero el Capitán América carecía de una historia sólida y de un personaje suficientemente formado. Ese ha sido el objetivo de Capitán América 2: El Soldado de Invierno, hacer una película a la altura del superhéroe que se presentaba.

Capitán América. El Soldado de Invierno

Para ello, los directores Anthony Russo y Joe Russo han contado con muy buenas cartas. La primera, sin duda, el realismo de la cinta. Lejos de los superpoderes de los personajes anteriores, el Capitán América o, más bien, Steve Rogers (Chris Evans), es tan sólo un súper soldado anclado en el pasado, época a la que pertenece. Por ello las armas y los combates cuerpo a cuerpo lucen con mayor espectacularidad y realismo ante los ojos de los espectadores. Tendremos batallas en tierra, mar y aire, con persecuciones con cazas, huidas en motocicleta, misiles de corto alcance, metralletas, pistolas y medidas extremas, desde un cable para ahogar a las víctimas de la Viuda Negra, hasta la más moderna tecnología de Shield para desarmar al enemigo.

Todo ello escudado por una historia sólida, muy al estilo de las tramas de espías de los años 70 y 80, con traiciones, cambios de mando, giros de guión e incluso elementos fantasiosos (la escena de la mente encerrada en varios kilómetros de ordenadores antiguos es inigualable para cualquier amante de la retro ciencia ficción).

Capitán América. El Soldado de Invierno

Los personajes se aprovechan de esta buena narración, pues todos ellos están mejor presentados, son creíbles y al mismo tiempo poseen carisma. Cierto que ninguno de ellos llega al nivel del playboy Tony Stark, pero Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) es brillante tanto en escenas de acción como en conversaciones intensas; Samuel L. Jackson como Nick Furia tiene el papel más elaborado de toda la saga y lo aprovecha con creces; Anthony Mackie como Falcon es un secundario perfecto y consigue la química suficiente con el Capitán América como para aparecer en más secuelas; por último tenemos a Evans como el Capi que, sencillamente, ya tiene asumido el personaje, lo hace suyo, se permite evolucionar y jugar con él, perfecto. Mención aparte le damos a Robert Redford, sin duda un peso pesado entre todo el equipo con un personaje incómodo y que, sin embargo, consigue representar sin fisuras.

Capitán América. El Soldado de Invierno

¿Por qué no hablamos del Soldado de Invierno (Sebastian Stan)? Pues porque lo cierto es que el pobre apenas tiene una participación mayor que la de ser un arma de combate. Su diálogo es breve y su interpretación demasiado limitada por las características de su personaje.

Por tanto, podemos afirmar que Capitán América 2: El Soldado de Invierno es la mejor película de Marvel en su vertiente realista, que supera con creces a la primera y que da un atisbo de esperanza a la saga, al desvincularse de tanto chascarrillo que tira por tierra películas como, por ejemplo, la secuela de Thor.

Sin demasiada profundidad, la trama da pie a Los Vengadores 2: La era de Ultrón, así como (aunque no lo reconocerán), a Capitán América 3. Por supuesto, lo hacen con sendas escenas post créditos, una al principio y otra directamente al final de los mismos. Si bien, la primera de las mencionadas está confirmada, la segunda esperamos qué nos puede deparar, ya que como hemos dicho, el Capitán América ha tomado una notable ventaja respecto a sus gastados compañeros superhéroes en lo que a propuestas cinematográficas individuales se refiere.

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