James DeMonaco nos trajo en 2013 la película La Purga, con más fallos que aciertos pese a que la idea central era buena. “Perfecto”, debió pensar DeMonaco, que gracias a las críticas ha conseguido traernos una secuela que pule todos los defectos de la primera entrega y, como buena segunda parte, cumple todos los requisitos: es más grande, tiene más muertes y éstas son más espectaculares. Bienvenidos un año más a la Purga.
En Anarchy: La noche de las bestias estamos ya por la 6ª Purga. Por si no lo sabes, se trata de una medida de los Nuevos Padres Fundadores de Estados Unidos para combatir la imparable delincuencia. Consiste en suspender los servicios de emergencia durante toda una noche y, además, permitiendo que todos los delitos realizados durante ese tiempo, incluso el asesinato, queden impunes. La única excepción es el asesinato de determinados políticos y la utilización de armamento superior al nivel 4 (granadas, C4, misiles, etc.).
En esta ocasión tenemos 3 ejes principales: Una pareja cuyo coche se queda parado en medio de la autovía a minutos escasos de que comience la Purga; una madre y su hija que son atacadas en su casa; y un participante de la Purga que busca venganza por su hijo muerto. Todos confluyen en un punto de la ciudad y se convierten en un grupo de supervivientes, protagonizando así un “yo contra el barrio” mítico, en el que el terror y la violencia están al mismo nivel.
Nos alejamos de esta forma del típico slasher e incluso del componente survival de la primera parte. Esto no es un survival de acción, aquí las muertes se venden caras y de forma inolvidable. Además, DeMonaco no peca en el error de la original y en cada escena se vuelve más visceral y sádico. Lo que comienza con un amago de violación termina con un asalto al más puro estilo militar. Una huida por el metro se convierte en una persecución a lo Mad Max. Un enfrentamiento entre 7 ricos y 5 pobres termina en una batalla campal entre población de clase alta y población de clase baja. Y así durante 2 horas.
El director ha tenido el acierto de, además de potenciar la adrenalina del espectador con enfrentamientos constantes e impactantes, de añadirle un componente social no visto anteriormente. Y es que no todo el mundo está de acuerdo con la Purga. Sobre todo una resistencia que denuncia públicamente a ricos que pagan a pobres por dejarse matar en la seguridad de sus casas. Además esta Purga tiene camiones de asalto distribuidos por la ciudad. ¿Quiénes son y cuál es su propósito?
Debemos decir que, aparte de las dos cuestiones planteadas en el párrafo anterior, Anarchy: La noche de las bestias es totalmente predecible en casi todas sus escenas. Se sabe cuándo va a suceder algo, quién puede ser la próxima víctima potencial, qué motivos tiene el comportamiento extraño de algún que otro personaje. La narración es plana y no contiene apenas sorpresas, muy similar a sus protagonistas, sin demasiada profundidad.
A pesar de ello veremos una evolución en todos los personajes presentados durante la Purga y disfrutaremos de uno de los films urbanos con mejores efectos especiales jamás vistos en peleas callejeras. Tendremos de todo. Gente que sube a la azotea con un pack de cervezas y rifles de francotirador, borrachas con metralletas encima de sus tejados, vehículos con lanzallamas, coches blindados, mini machine guns de munición casi infinita, machetes personalizados y gafas de visión nocturna, conflictos familiares, dilemas éticos y mucha, mucha venganza.
Sólo nos queda preguntarnos, ¿qué futuro depara a la Purga? Vemos 2 posibles vías. O bien tenemos una Purga cada año con distintos enfoques. Por ejemplo, ¿cómo se vive dentro de un hospital o en una cárcel? O en su lugar se centran en aspectos importantes como la resistencia contra el sistema o un mecanismo de control más riguroso del gobierno.
Lo cierto es que los moderados resultados en taquilla de la original y la secuela hacen prometer que quedan muchas Purgas por celebrarse. Y tú, ¿participarías en la Purga?
