Hacemos en esta crítica de Transformers 3: El lado oscuro de la Luna una revisión a la película que cerraba la primera trilogía sobre Transformers. En esta ocasión disfrutamos de interesantes novedades argumentales, interpretativas y, sobre todo, visuales. Si bien, el film sigue cayendo en los mismos errores que sus predecesoras.
Transformers 3: El lado oscuro de la Luna plantea la existencia de tecnología procedente de Cybertron, el planeta de los Transformers, en la Luna durante la segunda mitad del siglo XX. Esto provocó la conocida carrera espacial en la que estadounidenses y rusos luchaban por conocer el origen de este descubrimiento bajo la tapadera de querer mandar un hombre al espacio.
En La Tierra los Autobots trabajan conjunto a los humanos para detener cualquier amenaza Decepticon, sabiendo que Megatrón podría regresar en cualquier momento si consigue recuperarse de sus heridas. Por parte de los protagonistas humanos, Sam (Shia LaBeouf) busca desesperadamente un trabajo a la altura de sus experiencias anteriores, aunque ninguno le consigue saciar su sed de acción. Por el lado sentimental, Mikaela es historia y ahora sale con una llamativa rubia dulce y cariñosa.
Transformers 3: El lado oscuro de la Luna es puro blockbuster con letras mayúsculas. Es asequible a todos los públicos, cuenta con los mejores efectos especiales de la época, una banda sonora capaz de revivir un alma sin esperanza y una acción que escala en los niveles de potencia audiovisual hasta una cota casi inalcanzables.
Es innegable que con esta tercera entrega de Transformers uno disfruta. Sólo tiene que sentarse y esperar a que, escena tras escena, los efectos digitales penetren en la piel y despierten la adrenalina típica del cine de acción durante nada menos que 154 minutos.
Narrativamente sí vamos a alabar los aciertos de la película, con una historia alejada de los argumentos típicos y con un impacto entre los humanos muy distanciado de las dos anteriores entregas en las que prácticamente era un secreto a voces la existencia de Transformers en el planeta. Las tramas secundarias, sin embargo, vuelven a ser mero relleno, como el apoyo de los humanos militares, la relación sentimental entre los protagonistas o la intervención de los soldados en la batalla. Aunque sí es verdad que en los últimos compases, demuestran capacidades para luchar contra los Transformers, algo que se verá en mayor desarrollo en la cuarta entrega. No obstante, se sigue mostrando una presencia innecesaria por falta de equilibrio entre Transformers y humanos. ¿Qué tal una mezcla con Pacific Rim para equilibrar las cosas? No estaría mal.
Algunos personajes están completamente desdibujados. El contrafuerte lo pone Ken Jeong en una brillante actuación, breve pero luminosa en comparación con papeles menos favorecidos como el de John Malkovich o incluso el de la preciosa Rosie Huntington Whitely, mera comparsa de Belaouf. Igual que sucediera en las dos primeras, la chica de la película no pinta nada y la conversación con Megatrón es a todas luces innecesaria y poco creíble dada la argumentación a su alrededor. Sin embargo, sí vemos evolución en el personaje de Sam, más seguro de sí mismo, consciente de la realidad Transformer y con una interpretación más creíble que en anteriores entregas.
Respecto a los Transformers, poco que añadir si decimos la palabra «perfectos». Los efectos especiales son mejores que los de Avatar (ala, ya lo hemos dicho). Es la mejor película existente en este sentido. No tiene rival, de momento. Autobots y Decepticons gozan además de una personalidad más trabajada que los propios humanos y sus escenas de acción siguen siendo tan increíbles como la primera vez que aparecieron en pantalla.
Sin embargo, en esta Transformers 3: El lado oscuro de la Luna, los rivales pesan más por cantidad que por calidad. Quitando Shockwave y Driller, el resto no parecen presentar demasiados obstáculos a nuestros héroes. Megatrón está moribundo y el otro enemigo (que no desvelaremos) es sólo un hueso duro de roer, pero se puede roer al fin y al cabo.
En definitiva, Transformers 3: El lado oscuro de la Luna es un más que decente punto y aparte para la saga Transformers, en la que la historia de los actuales protagonistas no será reiniciada y menos mal porque ya demostraban cansancio en unos papeles que no conseguían aportar más a la acción, por un desequilibrio total entre sus aliados Autobots y ellos mismos.
No obstante, el título de la película (igual que el resto) es de Transformers y éstos aparecen perfectos, a todos los niveles. Son los héroes, los verdaderos protagonistas y los merecedores de toda nuestra aprobación.
Fotografías: Transformers en Facebook
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