Charlotte Link nos ofrece en “Dame la mano” una historia que mezcla thriller, drama y romance como pocas lo hacen. En una apartada localidad de Yorkshire (Inglaterra), se están produciendo crímenes que parecen relacionados, de una forma u otra, con la granja de la familia Beckett. Justo en estas circunstancias, un relato en forma de diario recién descubierto, saca a la luz un horrible secreto.

En “Dame la mano” nos encontramos con una pareja, Gwen y Dave, que están a punto de casarse. En la fiesta de compromiso conoceremos a casi todos los personajes implicados en la novela, y seremos testigos de un horrible incidente.

Previamente, Charlotte ya nos habrá puesto en antecedentes con crímenes escalofriantes que dejan entrever el estilo de su escritura. Link es una autora que destaca, sobre todo en esta novela, por la dureza de los hechos que narra, sin tapujos ni eufemismos, los sucesos son más espeluznantes conforme la historia avanza.

Sin ser ninguna trama novedosa y, de hecho, es algo previsible en su resolución, las malas acciones son crueles y detestables. De hecho, los personajes de “Dame la mano” generan una antipatía generalizada. Ningún personaje puede ser bien visto, ni causar apego emocional al lector, que no se sentirá identificado por ninguno de ellos, dadas las decisiones erróneas, así como criticables, de cada uno de ellos.

Todos son odiosos, toman caminos equivocados aún a sabiendas de ello y están plagados de defectos. Esto, que podría escudarse en una humanización de los personajes, en realidad representa un obstáculo a cualquier sentimiento de empatía con el lector que lo exhime de toda preocupación respecto a qué pueda sucederles. Ni siquiera la inspectora de policía, más preocupada por su ascenso que por la verdadera justicia, es del agrado del lector.

Paradójicamente, aumenta la sensación de desconcierto sobre quién puede estar detrás de los crímenes, en los que ya han sido asesinadas una joven y una anciana. El carácter hostil de todos ellos los convierte en potenciales sospechosos, más aún gracias a los cuidados monólogos que la autora se empeña en asociar a cada personaje con el fin de forjar su personalidad y justificar sus decisiones.

Lo que más nos ha gustado de “Dame la mano” es el ejercicio de metanarración a partir de tres estilos literarios: un diario, una carta y el resto en formato de novela narrativa. El primero mostrando los hechos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial, que afecta a una de las protagonistas y, curiosamente, podría estar relacionado con alguno de los crímenes.

La carta es una confesión de abandono y sirve para comprender ciertas partes de la trama, así como para intentar justificar la personalidad de los personajes más ancianos.

Por su parte, el resto de la novela, está curiosamente enmascarada con un aire de romanticismo que no es tal, pues queda demostrado lo desdichado que es el amor en todas sus formas. En el contenido, queda fuertemente grabado un thriller duro y hechos dramáticos con temas pocas veces abordados de forma tan cruda, como es el acoso infantil, el abandono familiar y los maltratos a personas deficientes, junto a otros temas curiosamente más recurrentes como el asesinato, el racismo y la infidelidad.

Charlotte Link consigue una novela extensa y entretenida, algo inflada cuando refleja los pensamientos de cada personaje, vacíos en espíritu realmente, pero que actúan con crudeza y bastante realismo. Estas cualidades permiten leer con interés todos los capítulos, sobre todo los relacionados con el diario de los años 40.

Quizás una conclusión menos predecible y algún personaje más idealizado la convertirían en un thriller perfecto, pero como novela dramática tiene pocas competidoras en el mercado.

Lo mejor: La narración desde el punto de vista de una niña de la Segunda Guerra Mundial es muy adictiva y de estilo ameno. Los crímenes suscitan interés real, su resolución, aunque predecible, realmente podría haberse decantado por cualquier opción.

Lo peor: La hostilidad que desprenden los personajes y la dureza de los hechos narrados pueden causar incomodidad en el lector. Su conclusión se ve venir desde muchas páginas antes. Algunas tramas no se cierran del todo.

Agradecimientos: Gracias a DeBolsillo por facilitarnos la novela con la que poder hacer la reseña.

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