El Hombre de los Puños de Hierro

RZA debuta en la dirección con un comodín por el que muchos pagarían lo que hiciera falta, una recomendación pública de Quentin Tarantino. El director del máximo exponente de la violencia cinematográfica presenta El Hombre de los Puños de Hierro como un título que aúna múltiples facetas de lo que Tarantino considera su cine más desead. Esto es, artes marciales japonesas, música rap-funky actual y clásica, tomas en montaje con gran originalidad y de estilo antiguo y, por supuesto, una continua violencia expresada a base de amputaciones, litros de sangre y hasta ojos que saltan de las cuencas de las víctimas hacia la pantalla.

El Hombre de los Puños de Hierro

El Hombre de los Puños de Hierro es una historia ambientada en la China imperialista y se enmarca en una peligrosa ciudad llamada Pueblo de la Selva. En ella se reúnen miembros de los clanes más peligrosos, ya sea en custodia o en intento de robo del oro del Emperador, que ha mandado trasladar.

El Emperador confía la defensa de tal fortuna a León de Oro, el jefe del clan de los leones. Pero éste es asesinado a los pocos segundos de comenzar el film y los leones escogen a León de Plata (Byron Mann) como su nuevo líder, un belicista corrupto de intenciones bien distintas a las de su predecesor. Al lugar llegarán los asesinos Géminis, como custodiadores en sustitución de León de Oro, el Hombre de Metal (Dave Bautista) como asesino letal, Zen Yi (Rick Yune), como hijo de León de Oro, dispuesto a honrar a su padre, Jack Navaja (Russell Crowe) que dice estar de vacaciones, los Chacales, los Lobos y las viudas negras, anfitrionas, con Madam Blossom (Lucy Liu) a la cabeza, del burdel local.

El Hombre de los Puños de Hierro

Obviamente, la que se forma en pocos minutos es una auténtica batalla campal que transcurre con escuetas interrupciones, durante todo el metraje. Curiosamente, el torbellino de acción mantiene buen ritmo y estructura, hasta construir una historia sólida y con argumento evolutivo, lo que hace mejorar a cada uno de los personajes.

Nada es gratuito en El Hombre de los Puños de Hierro a excepción, quizás, de las expulsiones de sangre en cada ataque perpetrado ante el espectador que, si es fan de las artes marciales, disfrutará de esta película como pocas veces antes.

Además se constata que la coreografía de combates cuerpo a cuerpo de estilo oriental, encaja perfectamente con una base sólida de rap. Si encima RZA crea un montaje magnífico en post-producción, el resultado es la mejor película de artes marciales realizada por estadounidenses en lo que llevamos de siglo… y de milenio de paso.

El Hombre de los Puños de Hierro

En la interpretación, RZA lo hace francamente bien para ser su debut, aunque destacamos de entre todos los actores al tándem de Rusell Crow y Lucy Liu. Crowe presenta un antihéroe que no suele interpretar y, aunque extraño al principio, mantiene el mismo carisma que otros papeles anteriores suyos. Lyu, por su parte, vuelve a interpretar un papel similar al que Quentin Tarantino le reservó en Kill Bill. RZA no obstante le añade un componente más intenso de sensualidad y de acción, convirtiéndola en un letal enemigo para cualquiera de los oponentes del film.

Como muchas otras películas asiáticas, El Hombre de los Puños de Hierro contiene elementos de fantasía, disimulados en un realismo racional, que aleja al título de aventuras similares como la reciente 47 Ronin. No obstante, los géneros más aplicados en la ecuación final son la acción, el erotismo y las artes marciales. Una auténtica obra maestra.

Imágenes: The Man with the Iron Fists en Facebook

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