You’re Next no es una película de terror al uso. Su director, Adam Wingard y su guionista, Simon Barrett, se han preocupado mucho de insistir en que se trata de una película de allanamiento de morada. De esta manera tenemos un grupo de personas (una familia con desavenencias en este caso), encerradas en su propia casa del monte porque son asediados por unos extraños desde fuera y puede que incluso desde dentro.
El film ha recibido por parte de los responsables equiparación con otros títulos clásicos como Scream, sobre todo la escena del principio en el que la protagonista está en peligro mortal sin salir de casa.
Este tono de terror, con cierto humor negro pero realista y no menos diversión en cada toma, está patente en el metraie de You’re Next, lo que es bueno y malo a la vez.
En el lado positivo, quienes amamos el terror en el género slasher disfrutaremos escuetamente con ciertas sorpresas narrativas y ataques indiscriminados a víctimas y agresores. Por otro lado, los seguidores del survival horror estaremos ante una Scream Queen (Sharni Vinson), criada por un padre obsesionado con la supervivencia, capaz de hacer frente a cualquier ataque amenazante.
En la parte negativa, no encontramos excesos. Se ha huido de las escenas de tortura, del gore más sangriento y el terror no es tal como en otras películas similares, sino que estaríamos más bien ante un film de tensión.
Olvidemos por un momento el empecinamiento comercial de “allanamiento de morada” y llamemos a las cosas por su nombre You’re Next es un slasher al uso con toques de suspense, que hacia mitad de película pasa a ser un survival horror de acción. No son gratuitos estos términos.
La película comienza, tras una estupenda introducción, con una familia que se reúne tras muchos años sin hablarse siquiera. Los resentimientos y los intentos de unión son constantes, pero las rencillas superan con diferencia al ímpetu de que las cosas funcionen.
En mitad de la cena, una flecha traspasa el cristal e impacta entre dos ojos de uno de los comensales. Se suceden las siguientes flechas, surge el pánico, se intenta la huida, luego la protección, las rencillas continúan… Una sucesión de intentos de fuga y posteriores fracasos dejan entrever que de aquí sólo se puede salir matando al rival.
Sin embargo, tras unas estupendas escenas de asesinatos, con alguna que otra incoherencia narrativa (yo estoy al lado de un cadáver y lo último que miro es debajo de la cama), se sucede un inesperado (al menos para mí) giro del guión.
Todo lo que pensábamos se trastoca. Los buenos no son tan buenos, los malos sí que son malos, pero no tan eficientes como imaginábamos y Sharni, ¡oh, Sharni! Podría ser la nueva heroína de films de este género. Su demostración totalmente creíble y asentada en la historia viene acompañada de coreografías perfectamente orquestadas donde su pasado como bailarina le viene de perlas.
Pasamos pues a la acción, a los disparos de ballesta, las artes marciales, la estrategia táctica y respuestas aún más creíbles. Un ejemplo que siempre he querido ver en una película de terror es que si pillas al agresor no huyes, te quedas para asegurarte que lo dejas como mínimo inconsciente. La prota va más allá y repinta el suelo de madera con la sangre de uno de los agresores, tritura un cerebro con una licuadora, realiza unas 40 cuchilladas, prepara trampas típicas de los entornos más bélicos… ¡Es una pasada!
You’re Next es original, admitámoslo, así como muy divertida tanto por la comedia entre algunas escenas como por el montaje que se nos presenta en el que no sufrimos demasiado por la ¿víctima? Sin embargo terror no hay, como tampoco lo puede haber en films como The Purge o The Day. Aquí lo que es patente es la tensión, es la agresión y defensa y lo es la acción.
Por tanto, serán estos valores los que el espectador tendrá que plantearse para saber si el film le gustará o no. Yo, personalmente, prefiero mil veces ver a una chica capaz de defenderse pese a que la tensión sea muy grave que a alguien sentado en una silla sufriendo torturas. Ni siquiera los rape&revenge me gustan, ya que el sufrimiento no ajeno no me es agradable, por muy bien metido que esté en el guión. Sin embargo, ver como una víctima se zafa de un hacha a duras penas y se defiende ya sea huyendo o plantando cara, eso sí acelera mi corazón.
Terminamos con un detalle, el de la banda sonora. La melódica acompaña a la película desde la primera escena por un truco de guión que obliga a que se repita constantemente y como es bastante pegadiza pues gusta. La instrumental, sin embargo, es una pasada. Electrónica de los 80 con toques techno y deep que casan a la perfección con las escenas de tensión y preparación de trampas.